Tras casi cinco meses en el dique seco a consecuencia de la tremenda lesión de rodilla que sufrió mientras toreaba en el coso español de Valencia, mañana, en contra de todos los pronósticos de quienes no creían que fuera capaz de volver a torear, el diestro Enrique Ponce refresará a los ruedos, en la emblemática plaza gaditana del Puerto de Santa María. Su alentador regreso no se circunscribe únicamente a territorio europeo, incluso también abarcará diversos cosos mexicanos.
“En principio hemos planeado hacer una temporada mexicana que será abundante en fechas, como la del año pasado, pues así lo ha querido el maestro Enrique Ponce, quien se encuentra perfecto, está como si nada, se encuentra totalmente recuperado y si Dios quiere, que todo salga bien, tendrá un agosto y un septiembre muy intensos”, afirmó para ESTO, vía telefónica, Juan Ruiz hijo, su apoderado.
De cara a la temporada invernal del torero valenciano, está asegurado su paso por cosos mexicanos por lo que Juan Ruiz abundó: “Hay una fuerte intención por parte de los empresarios mexicanos para que vaya a torear desde mediados de octubre o para inicios de noviembre, con lo cual tendrá una bonita campaña, por lo que muy pronto empezaremos a cerrar fechas”.
Por su parte, la figura española también ha realizado un recuento de las sensaciones que le embargan el alma: “Tenemos por delante una temporada muy ilusionante. Ahora que he podido estar en el campo, tengo sensaciones estupendas, porque la rodilla me responde y no he perdido el ritmo ante las vacas y también porque puedo expresarme artísticamente a cada momento, con emoción, para poder crear arte”.
Si bien reconoció que al paso de los meses: “me sentí inquieto pues nunca había estado tanto tiempo sin torear en mi vida; he tenido varios percances, pero ninguno con una recuperación tan larga como esta”. Dejó claro que jamás dejó escapar la certeza de que volvería a enfundarse en un traje de luces, como también ha comentado con medios de España, en los recientes días.
“Sólo he podido torear un novillo, pero ha valido la pena aguardar y seguir las indicaciones del doctor Ángel Villamor, quien me había dicho que el alcance para la recuperación era óptimo, pero pocos apostaban por mi para un regreso tan rápido a los ruedos. La ilusión nunca me ha abandonado, al contrario, la mantengo en todo lo que hago en mi vida”.
Merece la pena recordar que los doctores únicamente consideraban la posibilidad de que el torero volviera a caminar, “pues pensaban que era casi imposible que volviera a torear… sentí incertidumbre, pero nunca dudé de mí, sabía que sería posible hacerlo y ya estamos en ello”, afirmó.