Minneapolis, Minnesota.- Nick Foles firmó una de esas historias de ensueño que tanto le gustan al cine estadounidense. El quarterback, que empezó la temporada como suplente y que tras una lesión de Carson Wentz tomó la titularidad, fue nombrado MVP del Super Bowl LII.
Pocos confiaban en Foles, quizá Pederson y alguien más. Sin embargo, el mariscal de campo fue tomando confianza hasta brillar con luz propia en la postemporada, etapa donde solo tuvo una intercepción, y que culminó con maestría al lanzar tres pases de touchdown en el Partido grande, anoche, ante los Patriotas.
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Foles fue drafteado por las Águilas en el 2012. Pese a que al principio lucía como un quarterback con futuro, no logró consolidarse y comenzó a perder protagonismo. Fue a los Rams, donde tampoco pudo brillar, y regresó a Filadelfia para, con uno de esos golpes del destino, darle su primer Super Bowl.
Foles jugó a partir de la semana 14, luego de que Wentz se lesionara la rodilla, precisamente en el partido ante los Rams. Finalizó la temporada cinco pases de anotación y poco más del 50 por ciento de sus pases completados. Pero hay veces que los números sobran. Foles es campeón del Súper Bowl.