Los antecedentes del Tren Maya en Tabasco datan de finales del siglo XIX hasta mediados del XX; en ese lapso, los proyectos por tender vías férreas se toparon con problemas económicos, la geografía del terreno y accidentes. Todo se vio superado con la colocación de un clavo de oro en Campeche, de acuerdo a fuentes históricas y que están resumidas en el sito DeTabascoSoy.
Para empezar, los proyectos ferroviarios que buscaban unir al estado con el centro fracasaron, comenzando los intentos en 1881, pero la falta de apoyo del gobierno federal y la capacidad técnica para superar las dificultades que presentaba el terreno selvático de la entidad, evitaron que el proyecto del Ferrocarril Central Tabasqueño se lograra, siendo el año 1907 su finalización.
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La misma suerte sufrió la propuesta del Ferrocarril Río Seco S. A., en 1901. El principio del siglo XX fue turbulento marcado por la Revolución, movimiento que afectó cualquier intento de colocar vías en esta parte del sureste mexicano. Años después, el 29 de mayo de 1950 en Campeche, el presidente Miguel Alemán fijó un clavo de oro en el último durmiente de la vía, como parte de la inauguración de El Ferrocarril del Sureste en el estado peninsular.
¿Cuáles son los antecedentes del Tren Maya?
El evento, como todo acto oficial fue con toda la formalidad requerida, pero detrás de aquella ceremonia había un gran esfuerzo técnico y humano. Hay que remontarse a 1935 donde “la voluntad del gobierno de Lázaro Cárdenas fue determinante”. De esta manera se ponían las bases para que Tabasco y el sureste quedaran comunicados con el resto del país a través de las vías férreas.
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Para lograr el tendido de la línea por donde pasaría el tren, se tuvo que hacer un estudio previo, el cual comenzó antes que Cárdenas pensara en llegar a la Presidencia de la República Mexicana. En 1905, el ingeniero Pedro Agustín González Figueroa realizó los primeros estudios y planos, mientras que el ingeniero Israel Castillo definió “las líneas y las rutas”. Superar las condiciones adversas del terreno era la principal dificultad, por lo que se requirió “brigadas de localización y cientos de vuelos de reconocimientos para trazar las líneas del tren”.
¿Qué inconvenientes hubo en los trabajos para colocar vías en Tabasco?
Los trabajos quedaron a cargo de la compañía Líneas Férreas de México S. A. de C. V., luego, el 7 de abril de 1936, la encargada fue la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, “a través del Departamento de Ferrocarriles y Vías Terrestres”. Aparte de los insectos y la superficie selvática, el proyecto se enfrentó a los propietarios de terrenos quienes temían que sus tierras resultaran afectadas.
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A los inconvenientes se sumaron las inundaciones, que hacían inaccesibles las zonas donde realizaban los trabajos, además, con el estallido de la 2ª Guerra Mundial, el material para construir los puentes era prácticamente imposible. Un problema más fue la superficie pantanosa, por lo que se recurrió a camas de troncos en las que se afianzaba la maquinaria pesada que abría los caminos.
¿Qué sucedió con el clavo de plata entregado al gobernador de Tabasco?
Tras superar todos los obstáculos, regresamos a la fecha de 1950, con la colocación del clavo de oro en la estación de Campeche, quedando unido de manera simbólica el estado peninsular con Tabasco. El 27 de julio de ese mismo año, el presidente Alemán le envió un clavo de plata al gobernador, Francisco J. Santamaría “como símbolo conmemorativo de la inauguración del ferrocarril”. No se sabe hasta la fecha en dónde se encuentra el objeto en cuestión.
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La inauguración de la estación en Campeche no fue la conclusión de la obra, la cual se terminó tres sexenios después. El Ferrocarril del Sureste trajo cambios sociales y económicos en la zona. “Los nombres de las estaciones se volvieron de uso común: Tancochapa, Moloacán, Cuichapa, Francisco Rueda, Emilio Carranza, Tachicón, Chicoacán, La Crimea, Pixoyal, Bayamón, Allende, Huimanguillo, Pichucalco, Teapa, Tacotalpa, entre otros”.
Pese a la consolidación del proyecto, las carreteras le fueron ganando terreno al tren, quedando en el olvido por muchos años, hasta 2018, cuando se anunció la construcción del Tren Maya, el cual unirá Chiapas, Tabasco y la Península de Yucatán.
Con información de DeTabascoSoy
