El Silencio que Abrasa: Una reflexión sobre la muerte y el duelo

La obra teatral El Silencio que Abrasa nos presenta una reflexión acerca de la vida, la muerte y el duelo

José Pérez | El Heraldo de Tabasco

  · domingo 14 de abril de 2024

La obra teatral El Silencio que Abrasa representada por Ariadna Medina | Foto: Carlos Pérez | El Heraldo de Tabasco

La vida, la muerte, las diferentes etapas del duelo, así como la muerte asistida o la muerte digna, son algunos de los temas que toca la obra El Silencio que Abrasa, que se presentó la noche de este sábado 13 de abril de 2024 en la sala de arte José Gorostiza.

La obra, que es beneficiaria del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Sistema de Apoyos a la Creación de la Secretaría de Cultura Federal llegó procedente de Mérida, Yucatán, en donde su es protagonista Ariadna Medina, y su director Juan de Dios Rath.

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“Cuando pierdes a un ser querido uno busca respuestas, aunque es posible que no las encuentres”, señala la protagonista en un pasaje de la obra que aprovecha para ilustrar la cultura Maya.

“Para los mayas la vida y la muerte son complementos indispensables” recuerda la actriz, quien agrega que para los mayas la muerte no significaba la aniquilación.

La obra puede ser analizada desde el punto de vista de la tanatología, ya que trata de la pérdida de los seres queridos, y es un tanto autobiográfica. “Es la historia de mis padres y la mía”, señala Ariadna Medina.

Indica que esta obra ha tenido una madurez y un crecimiento desde su creación, ya que para ella las etapas de duelo son muy difíciles y duran bastante, pero “en el caminar se va uno superando”.

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“Esta pieza es un regalo para mi madre y mis hijos”, manifiesta. Asimismo, recuerda que hay una gran diferencia entre el sentir el dolor y caer en el sufrimiento. Por ello, llamó a los asistentes a no caer en la melancolía “porque eso nos lleva a la depresión”.

Reconoce que el suicidio asistido era la preocupación principal de esta pieza, ya que “quería hablar de la muerte digna”.

Por su parte, el director comenta que “la dimensión social y mítica de la pérdida nos confirma que no estamos solos”.

Agrega que al explorar nuestra relación con la muerte, se vuelve más intensa nuestra relación con la vida, ya que al fin y al cabo la muerte y la vida son parte de un mismo proceso.