Un relato íntimo, veraz, supeditado a lo que ve la actriz desde un relato onirico, sutil, aderezado de exquisitas formas de las artes plásticas.
Eso es El silencio que abrasa, que vimos en días pasados en Casa de Artes José Gorostiza.
¿Qué vemos en escena? La vida, perdón, la muerte de una madre. La actriz narra cómo fueron los últimos días de su madre. Lo cuenta desde la distancia y desde la preocupación. Ariadna Medina no es neófita en estos detalles del teatro. Artista transdisciplinaria con veintinueve años de trayectoria. Cofundadora y codirectora artística de la compañía Murmurante Teatro, de Mérida, Yucatán, que desde 2010 ha realizado ocho piezas escénicas y nueve documentales con un perfil marcadamente social. Dichas creaciones han obtenido diversos reconocimientos y han sido programadas en distintos festivales nacionales e internacionales. Con Murmurante recibió el Premio de Cultura Ciudadana Mérida 2014. Fue integrante de la Dirección artística de la Muestra Nacional de Teatro 2020 y 2021 y forma parte del Consejo Municipal de Prevención del Delito y del Consejo contra la Discriminación de la Diversidad Sexual del Ayuntamiento de Mérida.
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Lo que vemos en El silencio que abrasa es una muestra de lo que podríamos padecer cualquiera de nosotros. Todos perdimos padre, madre, amigos queridos, parientes cercanos. Eso es dicho en la obra, espectáculo más bien porque reducirlo a una distante dramaturgia no sería mala idea pero no es suficiente. Ariadna va contando, va dibujando, se va encrespando ante la injusticia. La injusta tradición de la muerte. Se lleva a quienes quisimos, a quienes amamos. Nos deja eso, un silencio que nos quema, que nos reduce a la nostalgia.
Esta puesta llega hasta nosotros gracias a un noble proyecto titulado Circuito nacional de Artes Escénicas Chapultepec 2023. Títeres y objetos. Vimos con sumo interés este montaje porque siempre han tenido buena fama los artistas de Yucatán. Son un elevado talento. Esta obra lo demuestra.
Claro, una obra tan íntima solo puede desprenderse de una experiencia anterior. Ariadna Medina y Juan de Dios Rath bordan un tapiz con arena, conchas de mar, dibujos, la menos utilería y, sobre todo, la memoria. ¿Hasta cuándo se recupera uno de la pérdida? El duelo, esa palabra que antes no existía en el vocabulario coloquial, debe suscribirse a un tiempo. Si lo prolongamos nos/les hacemos daño. ¿A quiénes? A nosotros, por supuesto. A los que nos rodean. La actriz muestra algún video de sus hijos. No necesariamente triste o modos. Muestra lo que sigue, lo que los hijos deben ver.
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En este sentido la narración es lo que ayuda a la actriz a llegar al duelo.
Juan de Dios Rath, desde 2008 es director fundador de Murmurante Teatro, grupo con el que produce espectáculos transdisciplinarios con un enfoque marcadamente social. Tu ternura molotov, El viaje inmóvil, estudio en espiral sobre el suicidio, Manual de cacería, Sidra Pino, vestigios de una serie, Las constelaciones del deseo, El silencio que abrasa, son algunos de sus trabajos escénicos. Con Murmurante también ha colaborado en la realización de películas documentales como El viaje inmóvil, Los Bordes del abismo, Sidra Pino, vestigios de una serie y Murmurante en el umbral de lo escénico.
Estamos ante un montaje al que no estamos acostumbrados en Tabasco. El silencio que abrasa obtiene lo que vino a buscar. Provocar la nostalgia, encender la vida. Para ello debemos conocer la muerte.
Es de resaltar las referencias a esos tumbos de nuestro país o de nuestra mitología. El video sobre los yaquis traídos al Sureste mexicano y su profusa, ralentizada masacre, mueve al espectador. La referencia a ese viajero del Argos, Butes, que se lanza desde la borda porque, como Julio Torri, él sí estaba dispuesto a perderse.
Así, se da el fenómeno teatral, así se infiere, se nota, se motiva al espectador a no guardar ningún dolor, porque el dolor guardado abrasa, destruye, opaca. Buena la lección. Es un justo paso a lo que viene con el siglo.