/ lunes 29 de abril de 2024

'La danza es un refugio': Karla Menéndez

Karla Menéndez, maestra de danza con 40 años de trayectoria, compartió su experiencia en el mundo dancístico

La danza es una manifestación artística que implica el movimiento corporal, que permite expresar sentimientos, transmitir emociones, contar una historia y llevar el cuerpo al límite.

‘La danza vista desde el arte es un proceso’, afirma Karla Adriana Menéndez, maestra con 40 años de trayectoria en la enseñanza de ballet clásico y jazz.

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Actualmente es maestra de danza en el Centro de desarrollo de las Artes de la UJAT, al igual que en el Centro de Estudios e Investigación de las Bellas Artes (CEIBA) y es directora del Estudio de Danza Coppélia, y comparte con esta casa editorial su experiencia en este arte desde sus inicios.

El Heraldo de Tabasco: ¿Cuáles fueron sus inicios en la práctica de la danza?

Karla Menéndez: Bueno, yo inicio a los 4 años porque mi mamá me obliga, pero le tomo gusto a los 8 años, inicio con danza clásica y jazz también.

Karla Adriana con el grupo de baile Contrastes Clásicos. Foto: Cortesía / Karla Menéndez

El Heraldo de Tabasco: Menciona que la obligaron a tomar clases, ¿cómo le toma amor a la danza?

Karla Menéndez: Bueno, yo pienso y lo comento con los papás de los niños y niñas que los papás meten a sus hijos a clases, que a esa edad los niños tienen muchos gustos, curiosidad por muchas actividades y mi mamá tuvo a bien obligarme a tomar la clase entonces, yo me cansaba porque pues yo llegaba a las 4:00 de la tarde y me tenía que quedar ahí hasta que mis hermanas llegaran, ellas terminaban a las 9:00 de la noche, pero gracias a eso veía yo lo que hacían los mayores y a los 8 años mi mamá me dijo dice no, pues ya te voy a sacar porque yo lloraba cuando iba, no quería ir, entonces pues dije no, ya a los 8 años ya me gustó, me gustaba ver, empecé a ver lo que hacían los más grandes y le empecé a agarrar el gusto a lo que es sobre todo el ballet clásico, el reto que es alcanzar cosas nuevas, de lograr en tu cuerpo cosas diferentes de más grado de dificultad. Eso me empezó a llamar la atención.

El Heraldo de Tabasco: ¿Participó alguna vez en alguna obra de repertorio?

Karla Menéndez: No, bueno participé con la maestra Bibi, que yo quiero y respeto mucho, Bibi Barragán, ella ponía muchas obras de repertorio; salí de ratón en El cascanueces, otro año salí en el baile de las flautas de El Cascanueces; salí en otros de jazz, estuve de los 4 a los 14 años con ella y era muy bonito porque era una maestra que no sólo te daba clases, sino que te enseñaba las obras de repertorio, te las ponía en película y las analizaba. Entonces, eso te hace que tu apreciación de la danza sea más amplia.

Karla Menéndez en una presentación. Foto: Cortesía / Karla Menéndez

El Heraldo de Tabasco: ¿Cómo ve la danza aquí en Tabasco, en general, no solo la clásica, sino todas las danzas?

Karla Menéndez: Bueno, yo creo que ahorita hay un boom, no solo en Villahermosa, sino en todo el estado de la danza, esa impresión tengo yo con baile urbano, que es como que lo más popular ahorita hay muchos concursos, de hecho, ahora hace poco hicieron un concurso que siempre lo hacen en Cancún, otros en México, me gusta y lo respeto mucho.

Lo que no me gusta es que hay personas que abren escuelas sin tener los conocimientos, porque cuando tú abres una escuela o das clases o te invitan a dar clases, tienes en tus manos el desarrollo de una persona tanto física como emocional, entonces, pero ¿si no estás preparado? He tenido experiencias con alumnos que fueron con alguna maestra que les dijo que jamás iba a poder bailar, que les bajaron la autoestima, está pasada de peso, que no sirve para nada, cosas de ese tipo. Entonces sí, me gusta que haya mucha danza, pero también lo que no me gusta, aparte de eso, es que estamos desperdigados, que no hay unión y la unión hace la fuerza.

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El heraldo de Tabasco: Ahora que menciona esto, ¿cuáles son las brechas por las que pasa la danza?

Karla Menéndez: Sí, yo creo que lo que pasa con la danza es que como en la vida, nos hace falta ser objetivos. O sea, si yo como maestra tengo que ser muy honesta con mis alumnos y decirles, bueno, a planteárselos a los papás si son alumnos pequeños y decir, bueno, su hijo tiene capacidades, todos tenemos capacidades para lograr cosas inimaginables, pero si queremos enfocarnos a la danza clásica, por ejemplo, o a cualquier estilo, necesitamos entrenar mucho, entregar mucho tiempo de nosotros y mucho sacrificio. Hay que ser objetivos y también ser muy honestos en el sentido de abrirles los ojos a las personas que hay, personas mayores o no mayores, pasados de 15 años que empiezan con la danza y han logrado, cosas muy interesantes, muy interesantes, pero tampoco hay que hacerles ver que no van a hacer bailarines profesionales porque sobre todo en el ballet, el desarrollo corporal es clave, llega una edad en la que ya tu cuerpo no va a dar más, por lógica, por la edad, porque creces, porque así somos los humanos, vamos creciendo, no puedes, puedes alcanzar cierto nivel, pero no a un nivel profesional. Puedes ser muy honesto con uno mismo y ser objetivo por uno mismo, disfrutar de la danza en el nivel que esté y dar de uno mismo todo lo que tengo si voy a ir a una clase dos veces a la semana y sé que o no puedo ser profesional o mis papás no me quieren apoyar, pero a mí me apasiona, pues esos dos días yo doy todo y pues en mi casa entreno y la vida puede decir lo contrario, no lo sabemos.

Participación en la puesta en escena "Mujeres de arena". Foto: Cortesía / Karla Menéndez

El Heraldo de Tabasco: ¿Cuál cree, además de enseñar, que sea su responsabilidad como maestra de danza?

Bueno, sí, además de enseñar lo que se tiene que enseñar, que es la técnica y esto que te comentaba la objetividad, que ese es otro punto, que, si yo digo que voy a dar danza clásica, doy danza clásica, o si yo digo que voy a dar jazz, voy a dar jazz, ser específico, no mezclar, a veces, por falta de conocimiento, mezclamos y eso no es correcto, confundimos a los alumnos.

Pero independientemente de eso, las artes son este un medio por el cual el ser humano desarrolla su interior, sus emociones, explora como ser humano diferentes circunstancias y esa parte es mi base, aquí en esta escuela o yo como maestra donde vaya a mí me interesa mucho que el alumno entienda que la danza no es solo técnica, no es solo un método, la danza es emocional.

Cuando fui a Cuba, lo decía un maestro y me llamó mucho la atención y me parece que es así: la danza es política, la danza es social, es económica, ¿por qué? Porque está intrínseca al cuerpo. O sea, va con el movimiento corporal y todo nos afecta.

¿Qué pasa con la danza que ahorita? Le ha afectado mucho el sedentarismo, este asunto de las de la inmediatez, todo es rápido y todo es inmediato y en la danza hay que tener el tiempo para darle al cuerpo que se desarrolle, explore y avance, es un proceso, ahorita la gente no quiere pasar por procesos y la danza vista desde el arte tiene que ser a través de un proceso.

El Heraldo de Tabasco: Bien menciona maestra, esta parte emocional, cuéntenos, ¿cómo trabajar las emociones con sus alumnos?

Karla Menéndez: Bueno, este hay muchos ejercicios de expresión corporal que ayudan a eso, digamos que estamos haciendo arte cuando mezclamos la técnica, y la expresividad. Pero aquí hay el ingrediente secreto: podemos no ser perfectos en técnica, pero el problema actual que ha tenido la danza es que está disociada o separada de las sensaciones humanas. Entonces yo como bailarina, pues yo como maestra o yo como espectadora, yo prefiero alguien que baile con contenido, contenido ¿qué es? Me voy a subir al escenario a voy a bailar algo sintiendo lo que voy a bailar, pero es que si lo siento es una, es una realidad, es inevitable que trascienda al público, es una verdad escénica.

Celebración con sus alumnas por el Día Internacional de la Danza 2023. Foto: Cortesía / Karla Menéndez

Por ejemplo, subo a hacer un papel de cual el Lago de los Cisnes voy a hacer este la Odette, yo no soy en la vida real eso, pero cuando subo al escenario soy eso en ese momento porque es una verdad escénica, pero si yo subo a bailar pensando en que me peleé con mis papás, no tengo dinero, me cortó el novio, no sé todas esas cosas cotidianas, no tengo contenido, no tengo que decir, porque los bailarines y la gente dedicada a esto somos servidores del arte, tenemos un compromiso serio, así lo veo yo, eso es algo personal con el público, porque el público llega esperando ver algo con muchas expectativas y dentro de ese público puede haber personas devastadas, con vidas rotas y a lo mejor somos nosotros los que, vamos a poder sacar esa gente en ese momento de ese estado, porque el arte es eso, es sublime, es espiritual, aparte de emocional.

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El Heraldo de Tabasco: Respecto a su escuela, ¿alguna vez soñó con tener alguna escuela o era su objetivo en la vida?

Karla Menéndez: Sinceramente, no. Yo no quería tener una escuela, se escucha raro, pero no. No porque me parezca malo, ni porque no pudiera, sino porque a mí me cuesta, porque al final del día es un negocio y a mí me cuesta un poco de trabajo unir la negociación con lo que es mi vida.

O sea, yo siempre he dicho, yo amo a mi esposo, a mis hijos, mis nietos, daría la vida por ellos, pero con la verdad en la mano, quién ha estado conmigo siempre ha sido Dios y la danza, como seres humanos, en algún momento, mis hijos, mi esposo, mis nietos no han estado, porque son seres humanos y la danza, y obviamente Dios siempre, pero la danza es algo a lo que he podido recurrir, entonces a veces yo decía, no vaya a hacer que por hacerlo un negocio pierda yo esa otra parte que para mí es muy importante, nosotros trabajamos aquí la danza desde el enfoque escénico, la danza fue concebida para, bueno, la danza clásica y la danza que hacemos aquí, para bailarse en una escena, entonces enseñamos eso, que somos sujetos, un público, que también no cualquiera puede subir al escenario, porque tienes que entrenar.

El Heraldo de Tabasco: ¿Qué es para Karla Adriana la danza?

Karla Menéndez: La danza es de las cosas más importantes de mi vida porque no me deja, no me ha dejado, yo la he querido dejar y no me ha dejado.

Los doctores me han dicho, no puede volver a hacer danza nunca y yo eso es imposible. O sea, le he tenido que bajar por cuestiones de que ya no puedo, pero no la he dejado, ni la voy a dejar. Entonces te puedo decir que después de Dios lo constante, la danza es, te decía, aparte de social, política, económica, sublime, maravillosa es arte es todo: es constancia, es un refugio.

Es ese puerto donde puedes llegar; es como ese amigo que te dice, te amo, pero tienes que entrenar, te amo, pero estás mal y tienes que hacer esto, es ese tipo de amor honesto.

Presentación de fin de cursos del Taller de Danza Clásica del CEDA-UJAT. Foto: Cortesía / Karla Menéndez

El Heraldo de Tabasco: ¿En la danza no hay límites ni barreras, maestra?

Karla Menéndez: No hay barreras. Llevo 40 años dando clases y de verdad he visto cosas que hasta me confrontan a mí, en el sentido de que hay cosas que yo quiero lograr y no he podido y me ponen el ejemplo, me han puesto el ejemplo mis alumnos.

Es el caso de la señora Paty, que entró conmigo antes de pandemia, es una persona mayor, tiene ahorita 67 años y no lo ha dejado y es fiel a la danza y te hace un stretch perfecto, es impresionante, los doctores le dicen que ha tenido cirugías que se recuperan rapidísimo.

O sea, yo creo que las personas tenemos los límites en la cabeza, pero también, esto tiene que ver con la objetividad. O sea, no tengo límites, pero a lo mejor, yo sé que yo podría hacer más, que por estar trabajando no me puedo dedicar a entrenar, eso es otra cosa, entonces soy objetiva de que sé que ya no voy a poder bailar como yo quisiera porque tengo que ir trabajar y ni modo, saco de esto lo mejor y el poquito tiempo que yo pueda dedicar a mí pues lo voy a disfrutar, a eso me refiero con ser objetivo.

El Heraldo de Tabasco: Maestra, ¿Cuál ha sido su mayor reto?

Karla Menéndez: Sí, pues en el arte, yo hago teatro y yo crecí con un poco de autoestima baja respecto al hablar. Yo sentía que podía decir una burrada y el teatro me ha enseñado, con él aprendí a utilizar la palabra no de manera adecuada. Y en la danza, el reto más grande ha sido justamente tener que aplicar el ser objetiva conmigo misma. Me dolió mucho no poder seguir, terminar la carrera en danza clásica, me dolió mucho dejar una oportunidad.

Tatiana Brown y Karla Menéndez, maestras del Estudio de Danza Coppélia. Foto: Margarita Ramos / El Heraldo de Tabasco

Cuando estaba estudiando la carrera de danza clásica, yo tomaba aparte por gusto de jazz Broadway, y la maestra se iba a Nueva York y me dejaba a mí dando clases, pero como salí embarazada, el reto fue adaptarme a una vida diferente que yo no tenía en mi mente.

Entonces de ahí aprendí que la vida es así como un constante cambio, un constante reto, que hay cosas que puedes planear, que hay cosas que se te salen de las manos, y ahí es donde la danza es maravillosa, porque dentro de eso hay posibilidad de hacer algo. Puede uno lograr muchísimo.

Y el reto más grande, después de eso, es trascender en los alumnos. O sea, a mí me gusta que tengan éxito en la danza, pero mi mayor, mi mayor ilusión, es que ellos y todos los alumnos, hombres y mujeres, se cuestionen: ¿por qué lo hacen? O sea, que realmente haya un crecimiento interior en el que superen cosas de sí mismos, ese para mí es el reto con los alumnos que yo quiero ver.

Sí me gusta ver que eleven la pierna muy alto, porque llevar la pierna hasta arriba me dice a mí que ya pasaron por un proceso interno que van cambiando su manera de ser, eso para mí es asombroso, a veces mis métodos son especiales, pero funcionan.

La danza es una manifestación artística que implica el movimiento corporal, que permite expresar sentimientos, transmitir emociones, contar una historia y llevar el cuerpo al límite.

‘La danza vista desde el arte es un proceso’, afirma Karla Adriana Menéndez, maestra con 40 años de trayectoria en la enseñanza de ballet clásico y jazz.

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Actualmente es maestra de danza en el Centro de desarrollo de las Artes de la UJAT, al igual que en el Centro de Estudios e Investigación de las Bellas Artes (CEIBA) y es directora del Estudio de Danza Coppélia, y comparte con esta casa editorial su experiencia en este arte desde sus inicios.

El Heraldo de Tabasco: ¿Cuáles fueron sus inicios en la práctica de la danza?

Karla Menéndez: Bueno, yo inicio a los 4 años porque mi mamá me obliga, pero le tomo gusto a los 8 años, inicio con danza clásica y jazz también.

Karla Adriana con el grupo de baile Contrastes Clásicos. Foto: Cortesía / Karla Menéndez

El Heraldo de Tabasco: Menciona que la obligaron a tomar clases, ¿cómo le toma amor a la danza?

Karla Menéndez: Bueno, yo pienso y lo comento con los papás de los niños y niñas que los papás meten a sus hijos a clases, que a esa edad los niños tienen muchos gustos, curiosidad por muchas actividades y mi mamá tuvo a bien obligarme a tomar la clase entonces, yo me cansaba porque pues yo llegaba a las 4:00 de la tarde y me tenía que quedar ahí hasta que mis hermanas llegaran, ellas terminaban a las 9:00 de la noche, pero gracias a eso veía yo lo que hacían los mayores y a los 8 años mi mamá me dijo dice no, pues ya te voy a sacar porque yo lloraba cuando iba, no quería ir, entonces pues dije no, ya a los 8 años ya me gustó, me gustaba ver, empecé a ver lo que hacían los más grandes y le empecé a agarrar el gusto a lo que es sobre todo el ballet clásico, el reto que es alcanzar cosas nuevas, de lograr en tu cuerpo cosas diferentes de más grado de dificultad. Eso me empezó a llamar la atención.

El Heraldo de Tabasco: ¿Participó alguna vez en alguna obra de repertorio?

Karla Menéndez: No, bueno participé con la maestra Bibi, que yo quiero y respeto mucho, Bibi Barragán, ella ponía muchas obras de repertorio; salí de ratón en El cascanueces, otro año salí en el baile de las flautas de El Cascanueces; salí en otros de jazz, estuve de los 4 a los 14 años con ella y era muy bonito porque era una maestra que no sólo te daba clases, sino que te enseñaba las obras de repertorio, te las ponía en película y las analizaba. Entonces, eso te hace que tu apreciación de la danza sea más amplia.

Karla Menéndez en una presentación. Foto: Cortesía / Karla Menéndez

El Heraldo de Tabasco: ¿Cómo ve la danza aquí en Tabasco, en general, no solo la clásica, sino todas las danzas?

Karla Menéndez: Bueno, yo creo que ahorita hay un boom, no solo en Villahermosa, sino en todo el estado de la danza, esa impresión tengo yo con baile urbano, que es como que lo más popular ahorita hay muchos concursos, de hecho, ahora hace poco hicieron un concurso que siempre lo hacen en Cancún, otros en México, me gusta y lo respeto mucho.

Lo que no me gusta es que hay personas que abren escuelas sin tener los conocimientos, porque cuando tú abres una escuela o das clases o te invitan a dar clases, tienes en tus manos el desarrollo de una persona tanto física como emocional, entonces, pero ¿si no estás preparado? He tenido experiencias con alumnos que fueron con alguna maestra que les dijo que jamás iba a poder bailar, que les bajaron la autoestima, está pasada de peso, que no sirve para nada, cosas de ese tipo. Entonces sí, me gusta que haya mucha danza, pero también lo que no me gusta, aparte de eso, es que estamos desperdigados, que no hay unión y la unión hace la fuerza.

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El heraldo de Tabasco: Ahora que menciona esto, ¿cuáles son las brechas por las que pasa la danza?

Karla Menéndez: Sí, yo creo que lo que pasa con la danza es que como en la vida, nos hace falta ser objetivos. O sea, si yo como maestra tengo que ser muy honesta con mis alumnos y decirles, bueno, a planteárselos a los papás si son alumnos pequeños y decir, bueno, su hijo tiene capacidades, todos tenemos capacidades para lograr cosas inimaginables, pero si queremos enfocarnos a la danza clásica, por ejemplo, o a cualquier estilo, necesitamos entrenar mucho, entregar mucho tiempo de nosotros y mucho sacrificio. Hay que ser objetivos y también ser muy honestos en el sentido de abrirles los ojos a las personas que hay, personas mayores o no mayores, pasados de 15 años que empiezan con la danza y han logrado, cosas muy interesantes, muy interesantes, pero tampoco hay que hacerles ver que no van a hacer bailarines profesionales porque sobre todo en el ballet, el desarrollo corporal es clave, llega una edad en la que ya tu cuerpo no va a dar más, por lógica, por la edad, porque creces, porque así somos los humanos, vamos creciendo, no puedes, puedes alcanzar cierto nivel, pero no a un nivel profesional. Puedes ser muy honesto con uno mismo y ser objetivo por uno mismo, disfrutar de la danza en el nivel que esté y dar de uno mismo todo lo que tengo si voy a ir a una clase dos veces a la semana y sé que o no puedo ser profesional o mis papás no me quieren apoyar, pero a mí me apasiona, pues esos dos días yo doy todo y pues en mi casa entreno y la vida puede decir lo contrario, no lo sabemos.

Participación en la puesta en escena "Mujeres de arena". Foto: Cortesía / Karla Menéndez

El Heraldo de Tabasco: ¿Cuál cree, además de enseñar, que sea su responsabilidad como maestra de danza?

Bueno, sí, además de enseñar lo que se tiene que enseñar, que es la técnica y esto que te comentaba la objetividad, que ese es otro punto, que, si yo digo que voy a dar danza clásica, doy danza clásica, o si yo digo que voy a dar jazz, voy a dar jazz, ser específico, no mezclar, a veces, por falta de conocimiento, mezclamos y eso no es correcto, confundimos a los alumnos.

Pero independientemente de eso, las artes son este un medio por el cual el ser humano desarrolla su interior, sus emociones, explora como ser humano diferentes circunstancias y esa parte es mi base, aquí en esta escuela o yo como maestra donde vaya a mí me interesa mucho que el alumno entienda que la danza no es solo técnica, no es solo un método, la danza es emocional.

Cuando fui a Cuba, lo decía un maestro y me llamó mucho la atención y me parece que es así: la danza es política, la danza es social, es económica, ¿por qué? Porque está intrínseca al cuerpo. O sea, va con el movimiento corporal y todo nos afecta.

¿Qué pasa con la danza que ahorita? Le ha afectado mucho el sedentarismo, este asunto de las de la inmediatez, todo es rápido y todo es inmediato y en la danza hay que tener el tiempo para darle al cuerpo que se desarrolle, explore y avance, es un proceso, ahorita la gente no quiere pasar por procesos y la danza vista desde el arte tiene que ser a través de un proceso.

El Heraldo de Tabasco: Bien menciona maestra, esta parte emocional, cuéntenos, ¿cómo trabajar las emociones con sus alumnos?

Karla Menéndez: Bueno, este hay muchos ejercicios de expresión corporal que ayudan a eso, digamos que estamos haciendo arte cuando mezclamos la técnica, y la expresividad. Pero aquí hay el ingrediente secreto: podemos no ser perfectos en técnica, pero el problema actual que ha tenido la danza es que está disociada o separada de las sensaciones humanas. Entonces yo como bailarina, pues yo como maestra o yo como espectadora, yo prefiero alguien que baile con contenido, contenido ¿qué es? Me voy a subir al escenario a voy a bailar algo sintiendo lo que voy a bailar, pero es que si lo siento es una, es una realidad, es inevitable que trascienda al público, es una verdad escénica.

Celebración con sus alumnas por el Día Internacional de la Danza 2023. Foto: Cortesía / Karla Menéndez

Por ejemplo, subo a hacer un papel de cual el Lago de los Cisnes voy a hacer este la Odette, yo no soy en la vida real eso, pero cuando subo al escenario soy eso en ese momento porque es una verdad escénica, pero si yo subo a bailar pensando en que me peleé con mis papás, no tengo dinero, me cortó el novio, no sé todas esas cosas cotidianas, no tengo contenido, no tengo que decir, porque los bailarines y la gente dedicada a esto somos servidores del arte, tenemos un compromiso serio, así lo veo yo, eso es algo personal con el público, porque el público llega esperando ver algo con muchas expectativas y dentro de ese público puede haber personas devastadas, con vidas rotas y a lo mejor somos nosotros los que, vamos a poder sacar esa gente en ese momento de ese estado, porque el arte es eso, es sublime, es espiritual, aparte de emocional.

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El Heraldo de Tabasco: Respecto a su escuela, ¿alguna vez soñó con tener alguna escuela o era su objetivo en la vida?

Karla Menéndez: Sinceramente, no. Yo no quería tener una escuela, se escucha raro, pero no. No porque me parezca malo, ni porque no pudiera, sino porque a mí me cuesta, porque al final del día es un negocio y a mí me cuesta un poco de trabajo unir la negociación con lo que es mi vida.

O sea, yo siempre he dicho, yo amo a mi esposo, a mis hijos, mis nietos, daría la vida por ellos, pero con la verdad en la mano, quién ha estado conmigo siempre ha sido Dios y la danza, como seres humanos, en algún momento, mis hijos, mi esposo, mis nietos no han estado, porque son seres humanos y la danza, y obviamente Dios siempre, pero la danza es algo a lo que he podido recurrir, entonces a veces yo decía, no vaya a hacer que por hacerlo un negocio pierda yo esa otra parte que para mí es muy importante, nosotros trabajamos aquí la danza desde el enfoque escénico, la danza fue concebida para, bueno, la danza clásica y la danza que hacemos aquí, para bailarse en una escena, entonces enseñamos eso, que somos sujetos, un público, que también no cualquiera puede subir al escenario, porque tienes que entrenar.

El Heraldo de Tabasco: ¿Qué es para Karla Adriana la danza?

Karla Menéndez: La danza es de las cosas más importantes de mi vida porque no me deja, no me ha dejado, yo la he querido dejar y no me ha dejado.

Los doctores me han dicho, no puede volver a hacer danza nunca y yo eso es imposible. O sea, le he tenido que bajar por cuestiones de que ya no puedo, pero no la he dejado, ni la voy a dejar. Entonces te puedo decir que después de Dios lo constante, la danza es, te decía, aparte de social, política, económica, sublime, maravillosa es arte es todo: es constancia, es un refugio.

Es ese puerto donde puedes llegar; es como ese amigo que te dice, te amo, pero tienes que entrenar, te amo, pero estás mal y tienes que hacer esto, es ese tipo de amor honesto.

Presentación de fin de cursos del Taller de Danza Clásica del CEDA-UJAT. Foto: Cortesía / Karla Menéndez

El Heraldo de Tabasco: ¿En la danza no hay límites ni barreras, maestra?

Karla Menéndez: No hay barreras. Llevo 40 años dando clases y de verdad he visto cosas que hasta me confrontan a mí, en el sentido de que hay cosas que yo quiero lograr y no he podido y me ponen el ejemplo, me han puesto el ejemplo mis alumnos.

Es el caso de la señora Paty, que entró conmigo antes de pandemia, es una persona mayor, tiene ahorita 67 años y no lo ha dejado y es fiel a la danza y te hace un stretch perfecto, es impresionante, los doctores le dicen que ha tenido cirugías que se recuperan rapidísimo.

O sea, yo creo que las personas tenemos los límites en la cabeza, pero también, esto tiene que ver con la objetividad. O sea, no tengo límites, pero a lo mejor, yo sé que yo podría hacer más, que por estar trabajando no me puedo dedicar a entrenar, eso es otra cosa, entonces soy objetiva de que sé que ya no voy a poder bailar como yo quisiera porque tengo que ir trabajar y ni modo, saco de esto lo mejor y el poquito tiempo que yo pueda dedicar a mí pues lo voy a disfrutar, a eso me refiero con ser objetivo.

El Heraldo de Tabasco: Maestra, ¿Cuál ha sido su mayor reto?

Karla Menéndez: Sí, pues en el arte, yo hago teatro y yo crecí con un poco de autoestima baja respecto al hablar. Yo sentía que podía decir una burrada y el teatro me ha enseñado, con él aprendí a utilizar la palabra no de manera adecuada. Y en la danza, el reto más grande ha sido justamente tener que aplicar el ser objetiva conmigo misma. Me dolió mucho no poder seguir, terminar la carrera en danza clásica, me dolió mucho dejar una oportunidad.

Tatiana Brown y Karla Menéndez, maestras del Estudio de Danza Coppélia. Foto: Margarita Ramos / El Heraldo de Tabasco

Cuando estaba estudiando la carrera de danza clásica, yo tomaba aparte por gusto de jazz Broadway, y la maestra se iba a Nueva York y me dejaba a mí dando clases, pero como salí embarazada, el reto fue adaptarme a una vida diferente que yo no tenía en mi mente.

Entonces de ahí aprendí que la vida es así como un constante cambio, un constante reto, que hay cosas que puedes planear, que hay cosas que se te salen de las manos, y ahí es donde la danza es maravillosa, porque dentro de eso hay posibilidad de hacer algo. Puede uno lograr muchísimo.

Y el reto más grande, después de eso, es trascender en los alumnos. O sea, a mí me gusta que tengan éxito en la danza, pero mi mayor, mi mayor ilusión, es que ellos y todos los alumnos, hombres y mujeres, se cuestionen: ¿por qué lo hacen? O sea, que realmente haya un crecimiento interior en el que superen cosas de sí mismos, ese para mí es el reto con los alumnos que yo quiero ver.

Sí me gusta ver que eleven la pierna muy alto, porque llevar la pierna hasta arriba me dice a mí que ya pasaron por un proceso interno que van cambiando su manera de ser, eso para mí es asombroso, a veces mis métodos son especiales, pero funcionan.

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