La mañana estaba fresca, los árboles se movían al ritmo del viento y los rayos del sol se asomaban por el horizonte, mientras debajo de aquel cielo, entre las montañas, corría un largo río cristalino que contenía peces de varios colores dándole vida al ecosistema. En el pueblo, las personas empezaban a salir de sus casas dirigiéndose al centro ceremonial.

Al llegar a la plaza del gran templo, noté que el lugar estaba atestado de personas fieles a las costumbres de nuestra cultura, comencé a buscar con la vista a mi padre pero no lo encontraba entre la multitud; me encaminé un poco para poder tener una mejor vista al momento de la noticia que darían hoy, según mencionaron es muy importante. En ese momento apareció nuestro gobernante acompañado de su esposa y una mujer anciana de unos 60 años a la que todos conocemos como “la madre de los sueños” quien fue bendecida por los mismísimos dioses con el don de predecir el futuro a través de los sueños.

Los sueños representan un significado y tienen un por qué, nada es casualidad, eso es lo que nos ha dicho la anciana a los pocos que tenemos la oportunidad de soñar con eventos de nuestro pueblo, fuimos elegidos para el bien de la comunidad y debemos ser agradecidos por ello. Los anfitriones se sitúan frente a nosotros y el mero hecho de que esté presente la anciana me inquieta porque eso quiere decir que algo grave puede estar pasando, ya que no suele salir mucho de su hogar y le gusta pasar tiempo en la montaña teniendo contacto con la naturaleza. Nuestro gobernante comienza hablar y todos callamos para escuchar atentamente.

-Querido pueblo, hoy estamos reunidos aquí en nuestro sagrado templo porque hay algo que nos preocupa y tenemos que hacerles saber lo que está sucediendo, ya que estando bajo mi mando no puedo permitir que se expongan al peligro.- dice claramente, ya con esas

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palabras, las personas comienzan a inquietarse. - Por ello, se encuentra con nosotros la gran anciana que se dirigirá a ustedes y quiero que muestren sus respetos.

La anciana da unos pasos al frente y se acerca para hablarnos, en su mirada cruza la preocupación y veo un breve atisbo de miedo.

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-Queridos hijos, el día de hoy les tengo una noticia preocupante y quiero que todos escuchen atentamente, hace unas semanas atrás los dioses me revelaron mediante sueños eventos impactantes que sucederán y afectarán a nuestro pueblo, lo que viene puede cambiar el rumbo de nuestro futuro, y lo más probable es que seamos atacados por fuerzas externas que están fuera de nuestro alcance, por ello he estado tan preocupada, quiero advertirles para que tomemos medidas de seguridad y nos unamos como el pueblo hermano que somos para luchar y pedid piedad a los dioses para ser protegidos. Dicho esto todos se alarman rápidamente y se miran entre sí.

Después de esto lo que vino fue simplemente desconocido, algo que jamás hubiésemos podido imaginar, todo se volvió un caos y la gente comenzó a enloquecer por su propia desconfianza. Para la siguiente semana, los guerreros estaban inmersos entrenando duramente y los señores del alto mando daban órdenes de todo lo que se debía hacer para estar prevenidos; los niños fueron confinados a estar bajo seguridad en sus casas por si algo ocurría antes de lo esperado y las mujeres hacían todo lo posible por rezar y ofrendar los mejores alimentos a los dioses para que fuésemos perdonados por nuestros malos actos.

En el último día de la semana tres, mientras regresaba de las reuniones que había programado la anciana para el grupo que portaban el don de los sueños, decidí pasar al río cristalino de la montaña, recogí frutos maduros que podíamos comer y junté leña que nos

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sería de mucha ayuda. Estaba tan concentrada en mi tarea cuando de pronto sentí como si el ambiente se volviera pesado, el viento simplemente ya no estaba y el ruido del agua se detuvo para darle paso a una calma silenciosa y agobiante para mí; levanté la vista del suelo y aunque el entorno parecía igual se respiraba con pesadez casi como si me asfixiara de un momento a otro, solté las ramas que había juntado y mis piernas se movieron automáticas hacia el camino de piedras que subía a la cima de la montaña, mi cuerpo no coordinaba con mi cerebro que se encontraba extrañado y en alerta. Al llegar a la cima, miré con fijeza desde arriba a casi todo el pueblo pero, era ese mi pueblo en realidad? Quiero decir desde cuando fue que construimos aquel puente de madera que cruza entre la salida de la montaña y conecta con el pueblo y por qué jamás lo había notado? Al mismo tiempo que todo se volvía tan extraño escuché unas voces provenir de los árboles, así que me escondí tras una roca grande cercana porque sentí miedo, allí pude ver lejanamente como pasaban un grupo de muchachos desconocidos, acaso serán ellos los intrusos que advirtieron los dioses? Visten diferente y traen algo amarrado a los pies que los protege de las piedras del suelo, también sus armas y su ropa parecen diferente.

Cuando pasan por completo y desaparecen de la montaña, salgo de mi escondite y me quedó de pie pensando en lo que acabo de ver, debo avisar esto a mi padre y a la anciana, al girarme para irme veo mejor la gran piedra que me cubrió y mis ojos se abren sorprendidos, no es una simple roca, sino la figura de nuestro gobernante tallado en piedra con una inscripción que dice lo valiente que fue? Con fecha de muerte dos años después del actual? La sorpresa se apodera de mí, camino hacia atrás y caigo sentada en la tierra, no puedo creer lo que veo, cómo puede estar muerto si apenas unas semanas atrás salió a dar el comunicado y cuándo es que se hizo esta figura, todo está tan mal; de inmediato me levantó

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asustada y desciendo el camino hasta llegar al río de nuevo, recojo las frutas y decido seguir hacia el pueblo con los pensamientos revueltos, cuando estoy entrando al pueblo, una mano me toca el hombro por detrás y me giró temblando para encontrar la mirada de un hombre mayor con su arma.

-¿Qué estás haciendo Yatziri? Tu madre está preocupada porque has tardado tanto

-Padre yo...-Siento que mi cuerpo se relaja y corro abrazarlo lo más rápido posible.- Padre estoy tan asustada, allá arriba esos hombres y la figura, todo era tan confuso que tuve miedo.- Sin poder contenerlo me desato a llorar en los brazos de mi padre.

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Después de lo que me sucedió en la montaña, le conté a mis padres y a la anciana, quien claramente dijo que lo que vi, era de otro mundo y que los dioses me revelaron esas visiones para alertar al pueblo. Las noches que vinieron fueron agobiantes, sueño tras sueño se acumulaban en mi cerebro, uno en especial se repetía con frecuencia, yo en el centro de la plaza del templo, parada sobre la rueda del calendario Maya, una luz que emerge por debajo de la figura y una puerta cristalina frente a mí que se cuartea hasta romperse a la mitad de la puerta, entonces caen los cristales al suelo y entro pero la vida detrás de aquella puerta es tan diferente y el pueblo que conozco es ahora tan grande, lujoso y peligroso. Mis noches no volvieron a ser igual, me atormentaba cerrar los ojos y ver guerras y muertes, la misma repetición, una y otra vez.

La mañana del 20 de Julio de aquel catastrófico año, la anciana apareció nuevamente frente al público diciendo que esa noche los astros darían un avistamiento de nuestro futuro, esa noche la Luna, la hermosa Venus y la estrella madre de los cielos se alinearían en una diagonal y eso sería el comienzo de la nueva era. Todos estuvieron atentos a las

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indicaciones. Para cuando cayó la noche, el pueblo entero estaba reunido dentro de la plaza del gran templo ceremonial, listos para ver la alineación de los astros y ver cumplir la profecía de la anciana que se encontraba alerta para descifrar el oráculo. A las 10:35 de esa oscura noche, Venus emergió por detrás de la luna y se ubicó en dirección lineal hacia la punta del final de la diagonal y la estrella madre, tan brillante se ubicó al comienzo de la figura en punto de las 10:50, completando la esperada diagonal con la luna a la mitad, en ese instante todos se arrodillaron al suelo, prendieron sus velas y suplicaron, rezaron el resto de la corta noche para ser ayudados. Mientras que en algún punto de la montaña, entre mitad del río una luz blanca pero tenue, se disparó hacia el cielo y una puerta rectangular transparente apareció suspendida en el aire, en el centro de la puerta como si alguien golpeara del otro lado un hueco grande se abrió y una enorme serpiente atravesó el delgado portal que separaba dos mundos, cosa que nadie logró ver.

La mañana llegó violenta, el viento soplaba fuertemente haciendo que los árboles se tambalearan de un lado a otro como si se columpiaran, y el aire estaba tan frío que te helaba los huesos; repentinamente una intensa lluvia se desató cubriendo por completo el pueblo, y la espesa neblina no dejaba ver nada con claridad. Las familias presa del pánico por el extraño fenómeno se refugiaron en sus casas, haciendo ofrendas y altares para los dioses, no querían ser desamparados. Mientras tanto, en una de las casas Yatziri se despertó sudorosa, agitada, temblorosa, tenía los ojos muy abiertos por las visiones que vio en sueños; la anciana que había sido puesta sobre aviso llegó horas más tarde para hablar a solas con la joven que aún no mencionaba nada a nadie.

-He venido en cuanto me ha avisado tu padre, el tiempo allá afuera es catastrófico, apenas pudimos abrirnos paso en el camino, como si algo nos acechara.

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-Anciana, tuve sueños y los dioses me dieron noticias alarmantes sobre nuestro pueblo, dijeron que allá del otro lado, alguien cometió un grave error que desencadenó una falla que está alterando el equilibrio de los mundos, en mis sueños lo vi, todo aquel mundo es diferente a nosotros, los tiempos están adelantados y, yo...nosotros...tenemos que ir, debemos cerrar esa fractura que está en la puerta de acceso para salvarnos.- La joven no pudo contener más el terror que le producía perder a sus seres queridos y rompió en llanto en los brazos de la anciana que la consolaba dulcemente.

A las 7 en punto de la noche, la anciana junto con Yatziri, su padre y 5 mayas más que pertenecían al grupo de los que sueñan quienes también eran guerreros, emprendieron el viaje al “otro lado” lo antes posible para acabar con toda esta pesadilla que les ponía en grave peligro. Llegaron al centro de la plaza del gran templo, justo donde se encontraba dibujado el gran calendario, se situaron en el medio y la anciana enunció unas frases que solo ella conocía, entonces de pronto el calendario comenzó a girar hacia el lado derecho a la vez que se sumía hacia abajo, como un torbellino que se hundía en las profundidades y tal como Yatziri había soñado tantas veces, ese era el portal que les daba acceso al otro mundo. La chica sintió mareos y notó que a sus alrededores un viento espeso los envolvía. Pasaron varios largos minutos que le parecieron una eternidad, hasta que el viento cesó y aparecieron en medio del bosque, pero allí era de día; todos estaban alertas porque no sabían que podrían encontrar en aquel lugar, caminaron alrededor de media hora hasta que llegaron a la salida del bosque donde comenzaba la gran ciudad, que se unía en un hermoso puente de madera, el mismo que la chica había visto ese día cuando recogía ramas junto al río.

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Encontraron grandes edificaciones, y más templos de los que había en su pueblo, aunque algunas cosas eran similares, ese ya no era un pueblo sino una gran ciudad donde las personas vestían un tanto diferente, usaban cosas amarradas a los pies que les protegía, las armas también estaban mejoradas y las mujeres practicaban junto a los hombres como guerreros profesionales experimentados, que diferente era todo en ese mundo.

-Es bellísimo no? Las cosas aquí funcionan diferente.- Dijo una voz masculina detrás del grupo.

Los visitantes se sobresaltaron y activaron su modo defensivo listos para protegerse por si eran atacados. La anciana se adelantó y se puso frente al hombre que parecía amable pero no podían confiar y le preguntó: -Quién eres tú?

A lo que el hombre respondió: - Yo? Soy el sabio que les convocó.- Y luego sonrió.
-El sabio que nos convocó? Cómo puede ser eso posible señor.- Yatziri estaba consternada.

-Así es, es posible. Desde que existe la fractura en el portal, también existe comunicación entre los mundos ya que hay un espacio donde todo se une. Lo importante es que logré contactarlos, debo decir que esta alteración no puede seguir sucediendo, es por eso que los dioses nos están castigando a ambos porque todo debería ser equilibrado, no debiéramos conocernos pero por desgracia un sujeto aquí ha actuado mal y desató el caos. Necesitamos unir fuerzas y traer de vuelta al responsable que circula entre los dos mundos, para así cerrar la puerta antes de que sea demasiado tarde.

El sabio les condujo a una vivienda donde sin perder tiempo hablaron de lo que debían hacer, aclararon dudas y se dispusieron a realizar un plan de ataque. Al caer el anochecer,

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todo estaba listo y el sabio juntó guerreros de su mundo para hacer equipo con los otros y asegurar la victoria. Cuando todo estuvo listo, salieron juntos a cazar al ratón.

Apegándose al plan, se distribuyeron de forma cautelosa alrededor del centro del bosque donde había llegado el grupo de Yatziri, porque estaban seguros que era la misma puerta donde entraría el malvado sujeto que provocó todo. Escondidos entre los árboles y la vegetación, aguardaron serenos para entrar en acción, llegada la media noche las esperanzas se estaban perdiendo ya que no sucedía nada. El sabio se levantó y estaba a punto de dar la orden de regresar, cuando a las 2:25 de la madrugada, las hojas comenzaron a moverse cada vez más fuerte y un viento gélido soplaba con fuerza; el tintineo de una pequeña campanilla resonó, en el centro se dibujó una línea blanca que se alargó en forma de recta y se expandió, formando una abertura donde la cabeza de una serpiente se asomó, y poco a poco de deslizó hasta salir por completo, entonces la puerta desapareció. Sigilosamente se apresuró a deslizarse por el bosque, en ese momento los guerreros empezaron la lluvia de ataques con flechas y cuchillas para retenerla, la serpiente quiso escapar pero la estaban rodeando así que no le quedó más que seguir su camino hacia al frente y llegando a la salida del bosque una gran red cayó sobre ella, atrapándola en su escape; forcejeó e intentó salir pero el grupo corrió hacia ella atacándola y lastimándola, por lo que no pudo hacer nada.

Cuando regresaron a la ciudad, arrastrando a la serpiente, el sabio junto a la anciana se acercaron al animal y formaron un círculo de velas alrededor, llevaron algunas hierbas consigo y se sentaron uno frente al otro murmurando palabras desconocidas, le rezaban a los dioses y prometían regresar todo a su estado natural. Después la serpiente chilló de dolor, una luz azulada salió de su interior y desapareció por completo.

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Todos se despidieron y se agradecieron, el sabio acompañó al grupo hasta el centro de uno de los grandes templos, y allí en medio de una barra escrita con jeroglíficos desaparecieron también. Al llegar, salieron a través de una puerta junto al río que corre en las montañas del pueblo. Cuando pisaron tierra, miraron detrás, la puerta se rompió en añicos y se esfumó. Se miraron contentos, se abrazaron entre sí, luego caminaron a la entrada del pueblo con un semblante ligero. Ahora que todo había terminado, solo podían estar más unidos. La gente del pueblo se pondría muy feliz.