El coronel Lino Merino Marcín nació en Tacotalpa, Tabasco el 23 de septiembre de 1813. Fue hijo legítimo de Francisco Calixto Merino y Hernández y María Manuela Marcín y Santa María, ambos oriundos de Tacotalpa. Descendiente del coronel, el maestro de música Gerardo Zentella-Falcón platicó con El Heraldo de Tabasco al respecto.

Lino Merino era hermano de José María Merino Marcín y esposo de Trinidad Jiménez Santa María, quien era hermana de Estéfana Jiménez Santamaría, que fue la primera esposa del coronel Merino. Y sus hijos, los hermanos Merino Jiménez.

Lino Merino se casó en tres ocasiones por viudez y una por el civil; su primer esposa, con quien contrajo nupcias eclesiásticas fue Estéfana Jiménez y Santa María, prima consanguínea e hija de Manuel José Jiménez y Rosado, de Yucatán, y de Luisa Santa María y Hernández; murió al dar a luz a una niña que le sobrevivió a la madre tan solo 13 meses.

Su segundo matrimonio eclesiástico que duró 8 años, lo contrajo con Josefa Zapata y Roche, “Chepita”, hija del político y escritor yucateco Manuel Zapata y Zavala y de Catalina Roche y Berescuti; sus hijos, los hermanos Merino Zapata.

Para sus terceras nupcias eclesiásticas y primera civil, duró 37 años, y las contrajo con Ramona Damiana Moreno y Marcín (1844 - 1908), quien era su sobrina en tercer grado de consanguinidad, hija de José Apolinario Moreno y Montero, de Real Presidio e Isla del Carmen, y de Susana Marcín y Rodríguez-Ponce de León, prima hermana y suegra del coronel; sus hijos de apellidos Merino Moreno.

Lino Merino luchó en defensa de sus ideales, primero como conservador y luego como liberal, en la intervención norteamericana, guerra de reforma e intervención francesa.

Fue secretario del ayuntamiento de Tacotalpa, diputado por su tierra y Cunduacán; también fue secretario de gobierno, jefe político de Tacotalpa y presidente del Tribunal Superior de Justicia

Merino Marcín murió el 3 de septiembre del año 1900; fue sepultado con los honores propios de su rango militar en el panteón de Tacotalpa, donde hasta hoy sus restos mortales, tristemente olvidados, descansan.

Su icónica espada, hoy desaparecida, fue donada al entonces Museo de Tabasco por su nieta Trinidad Pasionaria Merino Correa viuda de Armengol, hija del prolífico escritor bajo el pseudónimo de "Aramis" y político, José María Merino Zapata y de la poetisa Amanda Correa Merino de Merino.

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