Los habitantes de Tenosique están inmersos en la Danza del Pochó primero como espectador y luego siendo parte de ella, señala Roger Suárez Vela, quien se ha dedicado a la difusión y preservación de esta tradición, considerada una de las más importantes de Tabasco.
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El psicólogo de profesión indica que es algo que te va inquietando y decides ser parte de ésta: “entonces empiezas a animarte a buscar el shikish y el guarumo, sales a buscar las hojas, las flores, y todos los elementos para hacer la vestimenta, entonces te animas y ya eres parte”.
Un domingo de danza suele ser un espectáculo en el que se combina el color de las máscaras de los cojoes y las faldas de las pochoveras con el calor de la temporada, muy cercana a la primavera; es tan vistoso y popular que cada cierto tiempo arriban al municipio antropólogos, sociólogos y fotógrafos de diversas partes del mundo para documentarla.
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Aunque durante mucho tiempo percibió de manera negativa la evolución que ha tenido la danza a lo largo de los años, Roger asegura ya no tener conflicto con ello, pues “lo más importante es el sentido mismo de la danza, el conflicto en el ser humano que lo lleva a luchar entre el bien y el mal, al final, tenemos un entorno que nos invita a tomar una determinación”.
Comenta: “Me gustaría que la danza dejara de salir de Tenosique, y el que quiera verla que venga hasta acá para disfrutarla completa”. Además, según Roger: “Dentro del Tren Maya se están preocupando por la cuestión social y cultural”.
Cabe señalar que esta expresión cultural se ha bailado ininterrumpidamente por más de 150 años, en ella participan desde bebés hasta personas mayores.
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Finalmente, recomendó a los visitantes no sólo venir un domingo de carnaval, “que vengan un día antes y disfruten de un fin de semana aquí, que puedan pasear por el majestuoso Usumacinta el sábado, comer las delicias que el municipio ofrece, y el domingo dedicárselo a la danza desde muy temprano desde la casa del capitán”.