En uno de los momentos más críticos de su vida personal, el fotógrafo mexicano Jonathan Klip encontró un oasis espiritual. Un espacio para respirar, meditar y recargar su energía para volver cada día al hospital a cuidar a su esposa, internada por varios meses. Ese entorno cargado de armonía, en medio de la Ciudad de México, es el Bosque de Chapultepec que guarda tantas historias como recuerdos íntimos.
Durante estas breves estancias en Chapultepec, Klip registró con su cámara la vida cotidiana: niños jugando, hombres y mujeres corriendo, novios tomando el sol, familias buscando un rincón de paz en medio de un presente complejo. Una serie de 82 fotografías en gran formato producidas en este periodo se exponen ahora en la Galería del Acuario de las rejas del Bosque de Chapultepec.
Se trata de la exposición titulada “Entre Ahuehuetes”, que dan cuenta no sólo de la mirada de Klip para conectarse con su entorno, sino de cómo los capitalinos encuentran, entre el caos citadino, un recóndito regocijo en medio de árboles frondosos, frente al lago o en cualquier banca de concreto que hace las veces de sillón para meditar.
“Una noche antes de la primera sesión de fotos, mi esposa se enferma y estuvo internada por mucho tiempo, entonces yo iba a cuidarla al hospital y en el tiempo que me quedaba venía al bosque a hacer las fotos; entonces el bosque se volvió mi oasis, mi espacio para pensar, meditar, respirar y agarrar fuerzas para regresar al hospital.
“Lo que descubrí es que la gente siente en el bosque grandeza, paz, armonía, vienen a meditar, y entendí que el bosque es un oasis no por su vegetación, sino en un sentido espiritual para todos sus visitantes”, explicó Klip al inaugurar la exposición.
Cada fotografía contiene el retrato de un visitante del Bosque para así convertirse en la revelación de una historia personal, señaló el fotógrafo. Por ejemplo, la vida de Martín, un joven originario de Michoacán que soñó toda su vida conocer el zoológico de Chapultepec y cuando se encontró frente a la puerta, quedó paralizado de emoción. También está el retrato de Evaristo quien al salir de la cárcel luego de ocho años, visitó Chapultepec en busca de la real sensación de libertad.
“También veremos a Ismael, un señor que fue despedido de su trabajo y esa mañana antes de ir a su casa a dar la noticia a su familia, vino al Bosque para respirar, pensar, trazar un trayecto de vida. Hay muchas historias de todos tipos y cuando vi eso entendí que el bosque es un lugar de historias, donde gigantes ahuehuetes todo lo escuchan, todo lo saben, son quienes vigilan y cuidan a quienes son parte de esta gran historia”, apuntó Klip, también autor del proyecto “Entre héroes”.
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Para el fotógrafo la imagen es más que un adorno de pared; es la expresión de las emociones más íntimas que inspiran a otros. A través de su trabajo busca motivar a los demás; impulsar a quien mire sus instantáneas a pensar más allá de lo que ve. Por ello su obra se centra en el retrato, pues encuentra en el rostro de las personas, en específico en su mirada, la inspiración para enfrentar momentos complejos.
“Quien viene aquí viene a trascender, aquí es donde vine a conectarme con los demás a través de las imágenes, aquí la gente vive un momento de alegría y sonrisas”, concluyó.
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