/ domingo 22 de septiembre de 2024

Colonia Gaviotas: Un Viaje a Través del Tiempo

Te contamos la fascinante historia del origen de la colonia Gaviotas y parte de su historia

La colonia Gaviotas, una de las áreas más emblemáticas de Villahermosa, tiene una historia rica y fascinante que se remonta a los tiempos en que los buques de la marina mercante llegaban del viejo continente. Ésta es nuestra Nostalgia Tabasqueña de este domingo 22 de septiembre.

De acuerdo al libro post-mortem “Mis memorias de Villahermosa antigua”, del fallecido periodista Manuel Antonio Vidal Cruz, que son relatos y vivencias recabadas en las calles de Villahermosa entre 1930 y 1950, estas embarcaciones, al atracar frente a la ciudad, traían consigo gaviotas que se refugiaban en los árboles de la ribera derecha del río Grijalva.

Al día siguiente, algunas de estas aves permanecían en el lugar, lo que llevó a que la zona fuera conocida como “Las Gaviotas”. Con el tiempo, este nombre se popularizó como referencia y así es como se le conoce hasta del día de hoy.

Gaviotas comienza donde termina Torno Largo, famosa en aquellos tiempos por la elaboración de dulce de conserva y totoposte; y se extiende por toda la orilla del río Grijalva hasta los límites con la Col. La Manga.

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Entre sus personajes más populares se encontraba el alfarero don Pancho Oteo, conocido por fabricar grandes cantidades de teja criolla y francesa, utilizadas para techar las casas y hacerlas más frescas en el cálido clima tropical. Estas tejas, tanto criollas como francesas, aún se pueden ver en muchas casas de la zona, y hasta la actualidad se siguen utilizando. Eran criollas porque eran adaptadas de la versión francesa que llegaban en las embarcaciones mencionadas.

Los remeros Cheo Rojas, del Paso del Macuilis, e Isabelino de la Cruz, del Paso del Duende, son también muy conocidos. Isabelino, conocido como "El Duende" por su baja estatura y su característico sombrero chontal de ala amplia, trabajaba junto a Cheo las veinticuatro horas del día sobre el río Grijalva. Ambos ofrecían sus servicios a los trasnochadores y trabajadores que necesitaban cruzar el río a cualquier hora. Durante la noche, dormían en sus cayucos y respondían a los llamados de “pasajerooooo” para transportar a quienes lo necesitaban.

Isabelino de la Cruz, "El Duende", tiene una historia muy interesante, pero esa te la contaremos en otra ocasión.

Además, la comunidad albergaba el Astillero de la COOTIP (Cooperativa de Transporte de la Industria Platanera), un taller de reparaciones de barcos, lanchas y chalanes que jugaba un papel crucial en la economía local. Las calderas del astillero accionaban un potente silbato que marcaba las horas clave del día: 07:00, 12:00, 15:00 y 17:00 horas, sirviendo como referencia para los trabajadores y el pueblo en general.

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La colonia también era conocida por sus propiedades ganaderas, como los ranchos de don Pepe Ardines y don Amador Izundegui Cahero, un próspero comerciante cuya tienda estaba ubicada en la calle Reforma, donde actualmente se encuentra una coctelería. Don Amador mandó a construir una manga para el manejo del ganado, un detalle que aún persiste en la memoria colectiva de la comunidad.

Otro rancho notable pertenecía a la familia de don Manuel Gutiérrez, cuyo hijo, el doctor Manuel Gutiérrez Flores, es una figura destacada. En este rancho crecían árboles de manga, un fruto más sabroso que el mango, lo que llevó a que el lugar fuera conocido popularmente como “la manga”. Esta denominación se fortaleció con la construcción de la manga ganadera, y hasta la fecha, la volonia vecina es identificado oficialmente de esta manera.

En los días calurosos, los habitantes de Villahermosa se reunían en el “playón”, una zona de la margen derecha del río Grijalva, frente a donde hoy se encuentra el teatro “Esperanza Iris”. Este lugar era un punto de encuentro para refrescarse desde las tres de la tarde, especialmente para aquellos que tenían tiempo disponible.

Entre los asistentes al playón se encontraban figuras notables como el compositor Manuel Pérez Merino y la comerciante Brillante Elías, conocida como la "Sirena Tabasqueña" por su belleza y habilidad en el nado. Ambos ya han fallecido, pero su memoria perdura en la historia de la comunidad.

La historia de la colonia Gaviotas es un testimonio de la rica herencia cultural y social de Villahermosa, un lugar donde las tradiciones y las historias de antaño siguen vivas en la memoria de sus habitantes.

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Tradición oral

La historia de la colonia Gaviotas también es la memoria viva de sus habitantes. A través de la tradición oral, las personas que han vivido y crecido en esta comunidad comparten sus recuerdos y experiencias, enriqueciendo aún más el legado de este emblemático lugar. Te presentamos algunas de estas anécdotas que nos permiten vislumbrar la vida cotidiana y las historias personales que han dado forma a Gaviotas.

En marzo de 1963, mi familia y yo llegamos a lo que oficialmente era Ranchería Las Gaviotas. Vivimos en las instalaciones de lo que fueron los talleres de los astilleros de la COOTIP, de la que mi padre era socio. Estuvimos allí desde 1963 hasta 1980. Durante la administración del ingeniero Leandro Rovirosa Wade como gobernador del estado, se hizo realidad la largamente prometida urbanización de la zona. Debido a esta urbanización, las familias fuimos reubicadas a otra parte de lo que para entonces ya era Colonia Las Gaviotas. Se regularizó la tenencia de la tierra, que pasó de ser ejidal a propiedad privada. En la manzana donde estaban los astilleros se construyó el mercado de la colonia, con el nombre de Florentino Hernández Bautista. Este mercado fue demolido en 2023 y actualmente está siendo reconstruidoCarmita Evia


Vivo en Torno Largo. Mi papá, que tiene 90 años, nos cuenta que de joven se iba en cayuco hasta Villahermosa a vender los productos que su patrón le daba. Me gustaría llevarlo en lancha por la ruta que él tomaba. Está perdiendo su memoria, pero esos tiempos aún los recuerda muy bien. A veces, cuando veo esas fotos antiguas, pienso que a lo mejor alguno de ellos es mi papá de joven. Lástima que perdí mi trabajo y ya no pude comprar el motor para el cayuco de fibra de vidrio

Gloria Torres


Mi suegro me mostró hace 2 años su árbol de manga… Yo le dije que no era mango, y él me repitió, no, manga, así se le llama. Es muy rico una vez maduro. Y entonces, esperé a que la manga estuviera madura para probarla, muy rica por cierto, suave y dulceAbril González


Mi abuelo Octavio Balan Jiménez hacía las lanchas del Paso del Macuilis y de Paludismo, que eran pintadas de amarillo. Trabajó allí durante 30 años y le dieron su medalla. Don José Jiménez hacía fustes o sillas para los caballos, y ambos vivían específicamente en lo que ahora es el puente Grijalva Tres, que es la continuación del Paseo Tabasco. Otro famoso es don José Cordero, que tenía una tienda y cuya casa aún existe con los pilares como la primera casa hecha de material. Don Gueto, o Aniceto, tenía otra tienda donde vendían alimentos. También hubo un rastro donde sacrificaban las vacas, etc.Deyanira Balan


Yo recuerdo que en 1978 trabajaba de lanchero con Don Isabelino, conocido como ‘El Duende’. Él era comisario y vivía cerca de la tienda de don Calletano. ¡Qué bello recuerdo! Ahora tengo 54 añosSacarías Pérez Morales


Tenía un vecino, don José Jiménez, ya fallecido hace años. Me gustaba platicar con él porque contaba la historia de las gaviotas y todo eso. Él fue uno de los fundadores de Las GaviotasMarilú Acosta Pérez


La colonia Gaviotas, una de las áreas más emblemáticas de Villahermosa, tiene una historia rica y fascinante que se remonta a los tiempos en que los buques de la marina mercante llegaban del viejo continente. Ésta es nuestra Nostalgia Tabasqueña de este domingo 22 de septiembre.

De acuerdo al libro post-mortem “Mis memorias de Villahermosa antigua”, del fallecido periodista Manuel Antonio Vidal Cruz, que son relatos y vivencias recabadas en las calles de Villahermosa entre 1930 y 1950, estas embarcaciones, al atracar frente a la ciudad, traían consigo gaviotas que se refugiaban en los árboles de la ribera derecha del río Grijalva.

Al día siguiente, algunas de estas aves permanecían en el lugar, lo que llevó a que la zona fuera conocida como “Las Gaviotas”. Con el tiempo, este nombre se popularizó como referencia y así es como se le conoce hasta del día de hoy.

Gaviotas comienza donde termina Torno Largo, famosa en aquellos tiempos por la elaboración de dulce de conserva y totoposte; y se extiende por toda la orilla del río Grijalva hasta los límites con la Col. La Manga.

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Entre sus personajes más populares se encontraba el alfarero don Pancho Oteo, conocido por fabricar grandes cantidades de teja criolla y francesa, utilizadas para techar las casas y hacerlas más frescas en el cálido clima tropical. Estas tejas, tanto criollas como francesas, aún se pueden ver en muchas casas de la zona, y hasta la actualidad se siguen utilizando. Eran criollas porque eran adaptadas de la versión francesa que llegaban en las embarcaciones mencionadas.

Los remeros Cheo Rojas, del Paso del Macuilis, e Isabelino de la Cruz, del Paso del Duende, son también muy conocidos. Isabelino, conocido como "El Duende" por su baja estatura y su característico sombrero chontal de ala amplia, trabajaba junto a Cheo las veinticuatro horas del día sobre el río Grijalva. Ambos ofrecían sus servicios a los trasnochadores y trabajadores que necesitaban cruzar el río a cualquier hora. Durante la noche, dormían en sus cayucos y respondían a los llamados de “pasajerooooo” para transportar a quienes lo necesitaban.

Isabelino de la Cruz, "El Duende", tiene una historia muy interesante, pero esa te la contaremos en otra ocasión.

Además, la comunidad albergaba el Astillero de la COOTIP (Cooperativa de Transporte de la Industria Platanera), un taller de reparaciones de barcos, lanchas y chalanes que jugaba un papel crucial en la economía local. Las calderas del astillero accionaban un potente silbato que marcaba las horas clave del día: 07:00, 12:00, 15:00 y 17:00 horas, sirviendo como referencia para los trabajadores y el pueblo en general.

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La colonia también era conocida por sus propiedades ganaderas, como los ranchos de don Pepe Ardines y don Amador Izundegui Cahero, un próspero comerciante cuya tienda estaba ubicada en la calle Reforma, donde actualmente se encuentra una coctelería. Don Amador mandó a construir una manga para el manejo del ganado, un detalle que aún persiste en la memoria colectiva de la comunidad.

Otro rancho notable pertenecía a la familia de don Manuel Gutiérrez, cuyo hijo, el doctor Manuel Gutiérrez Flores, es una figura destacada. En este rancho crecían árboles de manga, un fruto más sabroso que el mango, lo que llevó a que el lugar fuera conocido popularmente como “la manga”. Esta denominación se fortaleció con la construcción de la manga ganadera, y hasta la fecha, la volonia vecina es identificado oficialmente de esta manera.

En los días calurosos, los habitantes de Villahermosa se reunían en el “playón”, una zona de la margen derecha del río Grijalva, frente a donde hoy se encuentra el teatro “Esperanza Iris”. Este lugar era un punto de encuentro para refrescarse desde las tres de la tarde, especialmente para aquellos que tenían tiempo disponible.

Entre los asistentes al playón se encontraban figuras notables como el compositor Manuel Pérez Merino y la comerciante Brillante Elías, conocida como la "Sirena Tabasqueña" por su belleza y habilidad en el nado. Ambos ya han fallecido, pero su memoria perdura en la historia de la comunidad.

La historia de la colonia Gaviotas es un testimonio de la rica herencia cultural y social de Villahermosa, un lugar donde las tradiciones y las historias de antaño siguen vivas en la memoria de sus habitantes.

Lee más: Puente Teodoro Escalona, la pequeña obra pública que benefició a Villahermosa

Tradición oral

La historia de la colonia Gaviotas también es la memoria viva de sus habitantes. A través de la tradición oral, las personas que han vivido y crecido en esta comunidad comparten sus recuerdos y experiencias, enriqueciendo aún más el legado de este emblemático lugar. Te presentamos algunas de estas anécdotas que nos permiten vislumbrar la vida cotidiana y las historias personales que han dado forma a Gaviotas.

En marzo de 1963, mi familia y yo llegamos a lo que oficialmente era Ranchería Las Gaviotas. Vivimos en las instalaciones de lo que fueron los talleres de los astilleros de la COOTIP, de la que mi padre era socio. Estuvimos allí desde 1963 hasta 1980. Durante la administración del ingeniero Leandro Rovirosa Wade como gobernador del estado, se hizo realidad la largamente prometida urbanización de la zona. Debido a esta urbanización, las familias fuimos reubicadas a otra parte de lo que para entonces ya era Colonia Las Gaviotas. Se regularizó la tenencia de la tierra, que pasó de ser ejidal a propiedad privada. En la manzana donde estaban los astilleros se construyó el mercado de la colonia, con el nombre de Florentino Hernández Bautista. Este mercado fue demolido en 2023 y actualmente está siendo reconstruidoCarmita Evia


Vivo en Torno Largo. Mi papá, que tiene 90 años, nos cuenta que de joven se iba en cayuco hasta Villahermosa a vender los productos que su patrón le daba. Me gustaría llevarlo en lancha por la ruta que él tomaba. Está perdiendo su memoria, pero esos tiempos aún los recuerda muy bien. A veces, cuando veo esas fotos antiguas, pienso que a lo mejor alguno de ellos es mi papá de joven. Lástima que perdí mi trabajo y ya no pude comprar el motor para el cayuco de fibra de vidrio

Gloria Torres


Mi suegro me mostró hace 2 años su árbol de manga… Yo le dije que no era mango, y él me repitió, no, manga, así se le llama. Es muy rico una vez maduro. Y entonces, esperé a que la manga estuviera madura para probarla, muy rica por cierto, suave y dulceAbril González


Mi abuelo Octavio Balan Jiménez hacía las lanchas del Paso del Macuilis y de Paludismo, que eran pintadas de amarillo. Trabajó allí durante 30 años y le dieron su medalla. Don José Jiménez hacía fustes o sillas para los caballos, y ambos vivían específicamente en lo que ahora es el puente Grijalva Tres, que es la continuación del Paseo Tabasco. Otro famoso es don José Cordero, que tenía una tienda y cuya casa aún existe con los pilares como la primera casa hecha de material. Don Gueto, o Aniceto, tenía otra tienda donde vendían alimentos. También hubo un rastro donde sacrificaban las vacas, etc.Deyanira Balan


Yo recuerdo que en 1978 trabajaba de lanchero con Don Isabelino, conocido como ‘El Duende’. Él era comisario y vivía cerca de la tienda de don Calletano. ¡Qué bello recuerdo! Ahora tengo 54 añosSacarías Pérez Morales


Tenía un vecino, don José Jiménez, ya fallecido hace años. Me gustaba platicar con él porque contaba la historia de las gaviotas y todo eso. Él fue uno de los fundadores de Las GaviotasMarilú Acosta Pérez


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