Según el sitio web De Tabasco Soy, Ocuiltzapotlán tenía en 1541 dos nativos que representaban la autoridad de lugar: Coat y Cuzcacoatl, debido a que en ese año la Real Audiencia de México, al seguirle un juicio al Alcalde de Santa María de la Victoria, obtuvo una relación de pueblos entre los que se encontraba Ocuiltzapotlán.
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En un mapa realizado por Melchor de Alfaro Santa Cruz en 1579 se ubicaba ocuiltzapotlán en el territorio chontal del municipio de Nacajuca, sin embargo los pueblos de Tamulté de la Sabana, Tamulté de la Barranca, Ocuiltzapotlán y Oxiacaque enviaron una carta al gobernador de Yucatán señalando que la Parroquía de Nacajuca no atendía a sus pueblos.
Es necesario señalar que según la antropóloga Flora Salazar a la llegada de conquistadores a Tabasco, ocuiltzapotlán junto con otros pueblos pertenecía a la cultura maya chontal también conocida como putunes.
Quienes poseían el control de la producción de cacao, así como del comercio, además de tener poder económico y militar como Potochan al que pertenecía Ocuiltzapotlán.
Sobre su descripción Melchor Alfaro mencionaba: “Hay asimismo muchos árboles silvestres que dan muy buenas frutas, que son zapotes colorados; son como carne de membrillo y más dulce; hay otro que le llaman chico zapote que es muy buena fruta, y otras muy diferentes que hay por los montes…”
Para posteriormente aclarar el origen de su nombre el cual se deriva del náhuatl: ocuilin-gusano; tzapotl-zapote; tlan-lugar. Que se traduce como “Lugar del zapote con gusano” o bien “lugar de frutas dulces y redondas con gusano”.
Esto hacía referencia a que debido al incipiente calor de Tabasco, pero a su gran facilidad para cultivar frutas, estas podían contener gusanos, principalmente los zapotes.
Después de una larga travesía en el siglo XIX familias del pueblo de Ocuiltzapotlán fundaron al norte de la capital tabasqueña el pueblo, el cual fue reconocido en 1825 en la primera Constitución Política del Estado de Tabasco, el cual hoy posee la categoría de Villa.
Entre sus principales celebraciones está la del 8 de septiembre, cuando se celebra la virgen de la Natividad y la del 20 de octubre, la que recuerda el milagro de la Virgen en la que se recuerda lo ocurrido el 20 de septiembre de 1879 cuando un huracán azotó a todo el estado.
Se dice que el pueblo se estaba inundando por lo que ancianos se reunieron en torno a la Virgen de la Natividad para suplicarle que dejara de llover, lo cual sucedió y hoy lo recuerdan como agradecimiento por el milagro.