Libertad, fuerza, transformación e igualdad se miran en las manos dibujadas a gran escala en el mural creado por Adry del Rocío (Guadalajara, 1984) en la fachada de un hotel de la Ciudad de México. Son las manos de amigas, familiares y conocidas de la artista quienes representan la presente lucha feminista y el valor de la mujer en la sociedad.
“En este mural quise reflejar un poco de esperanza, de unión, de fuerza y de libertad, esa que las mujeres buscamos al sentirnos seguras. Son muchos conceptos y fue difícil poner todos en el mural, porque hay muchos puntos por los que tenemos que luchar día a día, y la idea fue reflejar esa unión entre mujeres e incluso entre hombres para generar un cambio en la sociedad”, explicó Del Rocío al develar la obra que se puede mirar desde la calle Río Lerma.
La obra, que resalta por sus tonalidades rosas y moradas, es parte de un proyecto de arte público que se realizó en el marco del Foro Generación Igualdad, una reunión mundial convocada por la ONU, entre el Gobierno de México y Francia, para buscar la igualdad de género centrada en la sociedad civil. El foro tendrá una segunda sesión en julio en París y en septiembre en Nueva York donde un artista de cada ciudad realizará un mural sobre la mujer.
“Los murales en las calles enriquecen a la sociedad. Es mejor ver una imagen agradable porque siempre estamos bombardeados de publicidad y la propuesta de artistas mexicanos se me hacen interesantes, me alegran, me motivan y el públicó en general ha de tener el mismo impacto; los murales dicen muchas cosas en una sola vista”, añade.
La escena creada por la Adry del Rocío presenta a una niña otomí con flores en sus manos, mientras atrás de ella una mujer joven de ojos grandes y cabello negro deja salir de su rostro decenas de mariposas, un símbolo de cambio y adaptación. Entre ambas, se observa una serie de manos de diferentes tonos de piel y edades que dan cuenta de la red de apoyo entre las mujeres.
La propuesta, explica la artista, es mostrar la fuerza de la mujer y, a la vez, su solidaridad con el otro, incluso con el hombre, en un intento por cambiar la sociedad. La joven, quien hizo la obra en diez días, está convencida de que el arte es un medio para impulsar a la gente a reflexionar su entorno, y más cuando la obra está al alcance de todos como en la calle.
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Para Audrey Decker, curadora y patrocinadora del mural, el street art es una manera de decir al peatón que en sus manos está la posibilidad de hacer un mundo mejor: “Queremos decirle que puede hacer la diferencia y tomar acción en los temas importantes, creo que el arte puede empujar al gobierno, a la sociedad, a todos a reaccionar. Y recordarle a la gente que ellos son la solución de cualquier problema”, acotó la cofundadora de Street Art for Mankind, una asociación sin fines de lucro que promueve el arte callejero y la obra interactiva para concientizar sobre los derechos humanos.
Adry del Rocío inició en la pintura como un entretenimiento que se convirtió en su profesión. Ahora suman 65 reconocimientos, 31 premios estatales, 11 nacionales y 23 internacionales. Desde el 2008 incursiona en el street painting, actividad que la ha llevado a Estados Unidos, Canadá, Colombia, Brasil, Alemania, Italia, Holanda, Suecia, Inglaterra, entre otros países.
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