Hoy, se cumple exactamente una semana en que el mandatario estatal electo, Javier May Rodríguez, dio a conocer los nombres y apellidos de quienes lo acompañaran a gobernar, a partir del primero de octubre, del presente año.
Por principio de cuentas, no hubo ninguna sorpresa mayúscula, incluyendo la propia designación del Consejero Jurídico del Poder Ejecutivo, Jesús Manuel Argáez de los Santos, que hasta donde sé, no estuvo colaborando en Bienestar ni en FONATUR, ni se la jugó abiertamente con él, aunque sí se sabe, que es un viejo amigo del comalcalquense.
Empero, la incorporación de Darvin González Ballina, como asesor, sí podría considerarse una sorpresa, que además, gustó a propios y extraños, pues, a todas luces, es un mensaje político de apertura, ya que, no se la rifó con May Rodríguez, sino con César Raúl Ojeda Zubieta, empero, lo sumó a su gobierno.
Los demás nombramientos recayeron en mujeres y hombres que desde hace mucho tiempo se sumaron a su proyecto político para la gubernatura, y algunos, como son los casos de José Ramiro López Obrador y Rafael Elías Sánchez Cabrales, titulares de la secretaría de Gobierno y de Movilidad, respectivamente, muchos más antes. Y, por supuesto, la de Julián Enrique Romero Oropeza, que va a la secretaría de Finanzas.
En lo personal creo que los nombramientos no estuvieron a la altura de las expectativas y circunstancias políticas, sociales y económicas que miles de tabasqueños, y avecindados aquí esperaban ansiosamente.
Si bien es cierto, que algunas designaciones si fueron bien recibidas, hay otras que de plano no, como es el caso concreto de la que será la titular del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Sheyla Guadalupe Cadena Nieto, quien como ex coordinadora General del INJUDET y ex secretaria de Desarrollo Energético, resultó un fiasco, un rotundo fracaso, sin embargo, salió premiada.
Son de las cosas, que a veces no se explica uno, cuando existe de sobra material humano, para ocupar esa posición de gran envergadura.
Y el de la ex priista Katia Ornelas Gil a Turismo y Desarrollo Económico es otro que da mucho de qué hablar, y no precisamente, por su felonía, si no porque con toda seguridad, esa silla va a quedarle demasiada grande, incluido el de Daniel Arturo Casasus Ruz.
Bueno, pero como bien, dice el título de la presente columna, todos los designados tienen el beneficio de la duda.
Ojalá y por el bien de Tabasco, sepan responder con creces a la confianza que depositó en ellos Javier May Rodríguez, de no ser así, se sumaran a la larga lista de ex funcionarios mediocres, inútiles, incompetentes, ineficaces, ineficientes, corruptos, sinvergüenzas, lamebotas, serviles…que ha tenido desgraciadamente la entidad en los tres órdenes de gobierno (federal, municipal y estatal.
De verdad, que son contados con los dedos de las manos los que no han ingresado a esa vergonzosa, ruinosa, ignominiosa y patética lista.
Dios quiera, que ahora sea la excepción, aunque cómo se ve el panorama, lo veo dificilísimo, aunque no imposible.
¡¡Ya veremos, dijo un ciego!!
“SQUOD SCRIPSI, SCRISPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
No solo los ex secretarios y el actual titular de Obras Públicas, deben de ser investigados a fondo por la evidente y grotesca corrupción que se ha dado y continúa dándose, sino también la dependencia de Movilidad que encabeza, ni más ni menos, que el pernicioso, cínico y desfachatado de Narciso Oropeza Andrade.
Esta dependencia gubernamental resultó peor que la Carabina de Ambrosio.
No sirvió para una pu…madre.
El transporte en general sigue siendo un caos, un vil desmadre. ¿Y sabe usted por qué? Porque en lugar de aplicar la ley, de meter orden, se dedicaron en cuerpo y alma a chingar a medio mundo.
La Policía Estatal de Caminos se quedó chiquita. Y es que Narciso Oropeza Andrade es un gran gánster, un pillo de siete suelas. Se la sabe de todas a todas.
Y lo peor, es que se va a ir liso, como si no hubiera ocurrido absolutamente nada, por ello, cada seis años: ¡¡saquean a Tabasco!!
