No conozco a ningún ex presidente de la República, ex gobernador o ex alcalde, que no haya sido sumiso con su antecesor, o, mejor dicho, con quien los seleccionó para ser su relevo en cualquiera de los cargos públicos mencionados, no veo entonces el porqué la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, tiene que ser diferente.
Después de todo, Andrés Manuel López Obrador, continúa siendo el titular del Poder Ejecutivo Federal, hasta el último minuto del 31 de septiembre del presente año. Ni antes ni después.
El problema para los ex mandatarios comienza realmente cuando los elegidos asumen constitucionalmente el poder. En ese preciso momento empieza a escribirse una nueva narrativa política, social y económica.
A algunos les va de la chingada. A aquellos que todavía piensan que siguen controlando los hilos del poder, verbigracia, Carlos Salinas de Gortari. Los más inteligentes, que han sido contadísimos, se retiran. Eligen el camino del sentido común.
El destino de Andrés Manuel López Obrador es incierto. Si después de su sexenio continúa actuando como si continuará despachando en Palacio Nacional, dé usted por hecho, que terminará de la greña con quien lo sustituyó. \u0009
Hasta el día de hoy, Sheinbaum Pardo, ha sido más que prudente, pero una vez que llegue a Palacio Nacional, no va a compartir el poder con nadie, ni con el mismísimo paisano. Si bien es cierto, que el mascupanense la llevo de la mano a la presidencia de la República, también ha demostrado que no es una advenediza, ni oportunista, ni nada por el estilo.
No hay que olvidar que para llegar hasta donde llegó, venció a puras chuchas cuereras, a excepción del troglodita de Gerardo Fernández Noroña. Y ello tiene sus méritos. Vencer a Marcelo Luis Ebrard Casaubón y a Ricardo Monreal Ávila, entre otros, no es juego de niño. Son políticos consumados, que se la saben de todas a todas, y Sheinbaum Pardo los dejó tirados a media calle.
Si el tabasqueño cree que va a seguir siendo el amo y señor del quehacer político nacional, está muy equivocado, pero muy equivocado. El próximo primero de octubre habrá una nueva inquilina en Palacio Nacional, y debe de aceptarlo, asumirlo con toda la responsabilidad del mundo, de lo contrario, se meterá en camisa de once varas.
Esos que ahorita le lambe las botas y le celebran absolutamente todo, pero todo, serán los primeros en clavarle el puñal por la espalda.
La historia no se equivoca, si no, al tiempo.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
En los últimos días mucho se ha escrito, a favor y en contra, aunque más en sentido contrario, sobre el posible nombramiento en el COBATAB del dos veces ex edil de Centro, Evaristo Hernández Cruz.
Lo cierto, es que tiene muchísimas posibilidades de que llegue a dirigir los destinos de bachilleres, empero, por una u otra razón, todavía no se ha oficializado esa importantísima designación por parte del gobernador electo, Javier May Rodríguez.
Es un hecho que el controvertido y polémico de Hernández Cruz estará en el gobierno entrante, ya sea en el COBATAB o en cualquier otra responsabilidad gubernamental.
Después de todo, se la jugó con el ganador, y más temprano que tarde, tendrá el comalcalquense que cumplir el compromiso político que asumió para sumar a su causa al ex alcalde, tal y como hizo con “chucho” Alí de la Torre.
No tiene vuelta de hoja.
La CFE y Pemex ha hecho de Tabasco, y los tabasqueños, y avecindados aquí, los que se le ha pegado su rechingadas ganas, sin que ninguna autoridad local, haya podido hacer nada.
Lo único que han conseguido son curitas para medio cubrir los abusos de estas abusivas, prepotentes, soberbias y arrogantes empresas.
Los convenios firmados, simple y sencillamente, se los han pasado por los testículos.
Y es que ante la Federación no les queda más a los gobernantes que agacharse.
A ver qué ocurre en el gobierno de Javier May Rodríguez,
