Efectivamente, el complejo problema de la seguridad pública es un peligroso asunto en el cual todos los ciudadanos debemos involucrarnos, ni duda cabe, en las medidas de nuestras posibilidades.
Para ello es requisito indispensable que los gobiernos federal, estatal y municipal se apliquen en recuperar la credibilidad en nuestras autoridades, principalmente en nuestros policías, ministerios públicos, agentes ministeriales y jueces, que hoy en día, son los más desprestigiados, de lo contrario, el crimen organizado y no, seguirá creciendo exponencialmente, como ha venido sucediendo en los últimos años en casi todo el país, tal y como ocurre en Tabasco.
Qué por una u otra razón se disparó desproporcionadamente, al grado tal, que tiene a los tabasqueños, y avecindados aquí, con el amén en la boca. Literalmente, asustados, alarmados, nerviosos.
Y cómo no, si no hay un solo día en que no aparezcan personas ejecutadas, asesinadas. Así como asaltos a manos armadas a negocios, gentes... Cómo vehículos y comercios quemados.
Este es el problema mayor que enfrenta por ahora el mandatario estatal Javier May Rodríguez. Es el que tiene a sus gobernados de cabeza. Verdaderamente preocupados.
No va a ser fácil combatirlo. Va a pasar muchísimo tiempo para que ello ocurra, si es que llegar a suceder. Ya que, es un problema con muchísimas aristas sociales, culturales, económicos, psicológicos, políticos, etcétera, etcétera.
Es un problema grave que se viene arrastrando desde hace décadas, que ahora salió a relucir en toda su magnitud.
Es muy temprano para culpar a May Rodríguez de los penosos y lamentables hechos que han venido sucediendo desde que arribó formalmente al gobierno, considero que hay que darle tiempo, no nada más a él, sino a todos los demás responsables de la seguridad pública en la entidad, incluyendo por supuesto, a las fuerzas armadas federales, me refiero al ejército, marina y guardia nacional.
Si todos cierran filas y trabajan de manera y forma institucional, quizás muy pronto veamos resultados.
Si no, va a hacer imposible, ya no digamos vencer a la delincuencia en cualesquiera de sus vertientes, sino aminorarla.
Si a la vuelta de un año la situación de la inseguridad pública no ha sido sustancialmente cambiada, a como todos esperamos, ahí sí, habrá que juzgar al gobernador con toda severidad.
Ya que, a esas alturas de su administración no podrá culpar a nadie de lo que haga o deje de hacer.
La culpa será de él y de las autoridades federales. De nadie más.
"SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI" (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
A como van las cosas en el Congreso estatal va a hacer muy difícil que el diputado Jorge Orlando Bracamontes Hernández termine en la presidencia de la Junta de Coordinación Política. Definitivamente le falta estatura política, oficio, pues. Está muy verde, para esa importante encomienda cameril.
Así que no se sorprenda usted si en cuestión de semanas es relevado.
Ahí, se necesita a un legislador con experiencia camaral. Con talento, astucia, colmillo e inteligencia.
Si bien es cierto que la fracción morenista no necesita de la oposición para aprobar lo que mande el Ejecutivo, no significa que dejen de hacer política hasta con sus propios correligionarios. Y esto es precisamente lo que ha dejado de a hacer el ex priístas y ex perredistas.
Y es que el poder enferma, obnubila...y más cuando no se está preparado para acceder a él, como es el caso del suertudo Bracamontes, que, aunque usted no lo crea, ya se está preparando para la alcaldía de Centro.
Ansias de novillero.