No son pocas las posibilidades que tiene Adán Augusto López Hernández de convertirse en candidato de Morena a la Presidencia. Si ya venía creciendo sostenidamente en la preferencia, la híper exposición que tiene ahora en la precampaña interna de su parrido podría serle suficiente para empatar o superar a Claudia Sehimbaun, la puntera hasta hasta el momento. Lo demás, es cosa que resolverá el líder moral y real de Morena, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la comodidad de su escritorio.
Desde su registro y mensaje posterior en el que fue arropado por sus más cercanos y amigos, entre ellos diputados federales como Manuel Rodríguez González, aspirante al gobierno de Tabasco, el ex secretario de Gobernación inició con fuerza y presencia su precampaña de dos meses en el que buscará consumar la hazaña de arrancar en última posición y llegar en primero.
En contraste con sus adversarios más competitivos que se han estancando o crecido muy lentamente, Adán Augusto López tiene el potencial para aumentar su posicionamiento ante un electorado expectante de cómo acabará la justa morenista.
No es casualidad que haya iniciado su precampaña en Jalisco o que le dé importancia al Norte, donde no tiene una alta presencia igual que ocurre con su partido.
En su estrategia para atraer la preferencia, el tabasqueño busca definirse lo más cercano al Presidente (destinar el dinero de precampaña a dos comunidades pobres) para que los mexicanos lo asuman como su alter ego, el indicado para continuar con la Transformación.
El asumirse como una extensión de su amigo el Presidente es la esencia de la estrategia que pudiera funcionar, mucho más cuando su gestión mantiene buena aprobación de los mexicanos a lo largo y ancho del país.
Literalmente, en la carrera por quedarse con la candidatura, Adán Augusto López Hernández va cuesta arriba, pero con una estrategia de propaganda que le va funcionando, no sería sorpresa que el 6 de septiembre el Presidente le levante el brazo y lo proclame su virtual sucesor en Palacio Nacional.