Queridas amigas del Grupo “Las Lomas”: ya sé que ustedes saben que el nombre de nuestro grupo no lo escogimos por vivir en alguna loma, ni mucho menos en las de Chapultepec. Vaya, ni siquiera en las lomas de por acá en Atasta o Tamulté, sino por que así se llamaba la guardería del IMSS donde muchas de nosotras coincidimos. ¿Recuerdan? Usamos los servicios de la guardería a principios del años dosmiles porque llevábamos a nuestros hijos pequeños; después nos seguimos frecuentando, y fundamos nuestras famosas tandas de ahorro $$$ con el pretexto de reunirnos. Así nace nuestra pequeña comunidad de amigas, y para nuestra suerte, a estas alturas de la vida, muchas de nosotras tenemos el privilegio de haber cumplido 50 años de edad y un poquito más.
Reflexionaba hace unos días sobre lo que nos ha llevado a seguir reuniéndonos durante casi 23 años. El pretexto siempre ha sido el dinero, pero al cabo de tanto tiempo, creo que ya sólo es nuestra amistad y el poder conversar, compartir tantas cosas que nos han pasado en nuestro camino; pérdidas de familiares, nidos vacíos, matrimonios de los hijos, logros profesionales y personales... algunas ya son abuelas, y evidentemente y sin remedio, todas ya estamos enfiladas para la segunda parte de nuestras vidas.
Les escribo desde mi casa, esta humilde pero sincera carta. Hace unos días recordé que nos causa mucha risa, bueno a mí en especial, cuando hacemos bromas de cómo nos falla la memoria. Decimos que en una de esas, en algún desayuno se nos va a ir la onda, y no sabremos quiénes somos... así como de, ¿y esta señora quién es? También hemos bromeado con las profesiones de nuestras hijas e hijos, que si ya la dentista tiene clientela, así como la geriatra, el asesor financiero, los futuros doctores y demás. Y también solemos decir que va a llegar el día en que alguien nos irá a dejar y a recoger de los desayunos, porque no estaremos aptas para manejar.
Pues entre broma y broma, es una realidad inevitable el que vayamos envejeciendo. Lo que más me gusta de ustedes, y creo que es asimismo lo que nos une mucho, es la forma en que vemos la vida. En algunas conversaciones que hemos tenido sobre cómo nos sentimos con la idea de envejecer, he podido entender que para todas nosotras, nuestras familias e hijos son lo más importante, y que la mayoría queremos envejecer dignamente.
Hay un dato muy interesante que les quiero compartir, según datos del INEGI, las mujeres mexicanas tenemos una expectativa de vida superior a los 79 años, pero en promedio tendremos una vida saludable tan solo hasta los 68 años; esto quiere decir que estos últimos 11 años sufriremos de alguna enfermedad o seremos dependientes de otras personas. Ufff este dato para mí, es como un balde de agua fría!!
Y ahí les va otro balde de agua fría, los que tenemos 50 años, tenemos por delante cerca de 32 a 35 años más de expectativa de vida, hay un 50% de probabilidad que lleguemos a vivir hasta los 95 años. Entonces, sacando cuentas; te jubilas a los 65 años (según con tu pensión al 100%) de ahí van a pasar casi 30 años más que son 260,000 horas de vida más o menos.
Creo que como experiencia podemos ver de cerca la edad y la vida de nuestros padres. Algunos de ellos ya murieron pero otros por fortuna están con vida y ahí la van llevando. Amigas, entonces veo muy probable que sigamos teniendo nuestros desayunos de tanda muchos años más, ya llevamos mas de 20 años juntándonos, creo que si podemos con mínimo otros 20 más, jeje. Pienso que nuestro pretexto de tandita, tendrá que volverse más sofisticado ya que viendo esos años extras de vida tendremos, vamos a tener que aprender otras formas de ahorro y de inversión, ¿o ustedes que creen?
También pienso que es tiempo de poder hacernos cuestionamientos más profundos, hablar de un proyecto de vida para esta segunda mitad de nuestro trayecto. ¿Cómo nos queremos ver físicamente cuando tengamos 70 años? ¿Qué estaremos haciendo? ¿Con quién estaremos compartiendo nuestra casa? ¿Qué estamos haciendo hoy para poder llegar con salud a esa edad? ¿A partir de cuándo empezaremos a ver soluciones para nuestra situación financiera? ¿Qué habilidades y conocimientos podremos adquirir para poder llegar a la meta final? ¿Con cuales ya contamos?
Quiero concluir que, si de algo quiero que estén seguras, todas y cada una de ustedes, es que valoro muchísimo su amistad, presencia, cariño, paciencia y nuestras conversaciones tan honestas y productivas. Amo el sentido del humor de cada una de ustedes, el poder ver la parte divertida de la vida, pero sobre todo su capacidad de escuchar.
Si bien, sabemos que la vida puede o más bien, es un desafío, pero en verdad saber que cuento con ustedes hace que todo sea un poco más llevadero. Son personas confiables, sinceras; solo falta ver que tan buenas compañeras de aventuras son, y a ver si no nos agarran de más de 60 años, ya que no hay manera de poder ponernos de acuerdo y viajar pero ni a Ciudad del Carmen jajaja.
Gracias de nuevo por su amistad, por estar conmigo en las buenas y en las malas, pero sobre todo esta vez, gracias por leerme.
Su amiga:
Delia