En las últimas semanas han ido afinándose acciones para contrarrestar el rápido avance de los contagios -en algo que va de la mano con las pruebas que se realizan en Tabasco, la segunda entidad con más pruebas por 100 mil habitantes en el país-, que comienzan a traducirse en una estabilidad o meseta.
Pese a algún esporádico pico elevado, en cada una de las últimas tres semanas epidemiológicas la cifra acumulada promedia los dos mil 350 casos, en base al acumulado de cifras en reportes de Salud estatal.
Se ha visto que en los municipios, por ejemplo en Nacajuca, la Jurisdicción Sanitaria realiza visitas domiciliarias en las colonias mediante brigadas para detectar personas que tengan alguna enfermedad crónico degenerativa y a la vez si hay algún caso de Covid, lo cual sirve para tomar medidas que frenen la extensión de contagios.
El fin de semana la Secretaría de Salud reportó el despliegue de 88 brigadas de atención comunitaria Covid-19 en colonias del municipio de Centro –como Gaviotas Sur, La Manga, Tierra Colorada y Tamulté-Delicias, donde más casos positivos hay, para detectar casos, ubicar a sus contactos, entrega de oxímetro en casos confirmados activos y aplicación de pruebas rápidas.
Después de alcanzar un pico máximo de ocupación hospitalaria en camas generales para pacientes no críticos, que llegó al 84 por ciento, la ampliación en la capacidad elevó poco a poco la disponibilidad a porcentajes que ya rondan el 44 por ciento en camas generales y del 50 por ciento en las que son para pacientes críticos.
El motivo de que haya menos hospitalizados es también porque los contagiados y sus familias han optado por atenderse con algún médico particular al presentar los primeros síntomas o reportarlo a la autoridad sanitaria y recibir un seguimiento personalizado y constante.
Esto permite que los contagiados lleven su proceso de infección en casa con seguimiento médico y permite en los hospitales un leve respiro al personal de salud que puede concentrar mejor sus esfuerzos en una menor cantidad de hospitalizados.
Si todo esto se sostiene, como debe ocurrir independientemente de si se mantiene esa ligera tendencia a la baja en casos confirmados, activos y hospitalizados, o a mantenerse en una estabilidad, se podrá aspirar a salir del semáforo rojo dentro de varias semanas.
Lo que no puede ocurrir es caer en la confianza porque pese a todo la tasa de incidencia sigue siendo alta. Es común observar a la mayoría de ciudadanos portar cubrebocas en los espacios públicos, pero en otros lugares como los alrededores de los mercados o en colonias populares, no pocos lo usan como barbiquejo, a pesar de haber dos o más personas en una plática.
También en los supermercados se nota ya buen número de personas que van acompañadas hasta por dos integrantes más, quienes ingresan de manera individual pero después se les ve juntos, incluso en las largas filas de pago.
Cada familia, empresario y funcionario público con mando, no pueden permitir relajar las medidas sanitarias, pues el riesgo es muy alto de caer en repuntes que, se ha visto, es muy complicado controlar, y aún más reducir.
Se trata de una sostenida y larga lucha por evitar los contagios. Por lo pronto Tabasco ya no figuró entre las siete entidades que de acuerdo a las curvas epidémicas reportadas por Salud federal, mantienen un crecimiento constante de casos y se ubica en las que han logrado una ‘meseta’, cuyo paso siguiente es luchar para iniciar el descenso.