Aún se está en los días más críticos por la velocidad de contagios en México, el llamado pico máximo previo al esperado descenso de la curva, pero ya comienzan a plantearse escenarios de lo que pasará el día después de que se ordene un paulatino descongelamiento de actividades, sobre todo en las consideradas no esenciales en este confinamiento.
Por un lado está la presión económica. Más en entidades mexicanas con manufacturas que se requieren en otros países, principalmente en Estados Unidos y Canadá, nuestros socios comerciales.
En el país vecino del norte se quiere retornar cuanto antes a la actividad a pesar de que el ascenso de casos se mantiene, al parecer motivada más esa prisa de reapertura por un tema electoral pues en noviembre hay elecciones presidenciales.
Se ha visto en las últimas semanas el colapso momentáneo de la infraestructura de salud en ciudades consideradas de primer mundo como Nueva York, donde ha comenzado a descender la curva, aunque en otras entidades norteamericanas los problemas están en evolución.
Para México resultará un mayor reto el retorno anticipado en algunas actividades y estar en concordancia con los requerimientos económicos establecidos en el T-MEC. El cuidado deberá ser máximo al interior de las fábricas donde se haga regresar a trabajadores para reducir el riesgo de contagios, al igual que un seguimiento puntual de cada empleado.
Sigue vigente el objetivo principal del confinamiento que es evitar el colapso del sistema hospitalario, más en estos días considerados de máximo contagio, pues de lograrse el descenso, calculado después del 20 de mayo, se espera que esa posibilidad de superar la ocupación en nosocomios se reduzca y así comenzar a liberar actividades.
Han surgido propuestas en el retorno escolar, aunque conlleva muchas aristas como el ajustar horarios laborales si los padres trabajan y los abuelos, como antes ocurría, no podrían ir a buscarlos por ser la población más vulnerable.
De igual forma los sistemas de transporte público tendrán que mantener la higiene y la sana distancia entre pasajeros, ante el eventual aumento en la circulación de más unidades y el levantamiento de limitaciones en el horario como ocurre en Tabasco.
En tanto la llamada curva alcanza su cénit y se note que comienza a descender, las instituciones de gobierno están obligadas a tener listos los escenarios del retorno paulatino, independientemente de cuándo se vislumbren las fechas para hacerlo.
El fin de semana circuló una entrevista con un eminente epidemiólogo sueco, Johan Giesecke, en cuyo país se aplicó un “confinamiento suave”. A la fecha los casos de Covid-19 y muertes son mayores que en otros países nórdicos, pero mucho menor en tasa de incidencia que naciones como Estados Unidos y Reino Unido, con confinamientos más severos.
En sus reflexiones señala que todos nos infectaremos de Covid-19, ahora o después, en tanto no haya una vacuna efectiva, dado que el virus es muy contagioso.
Entre los datos de interés que expone, está la probabilidad de que el 98 por ciento de quienes se contagian presenten pocos síntomas o no los llevan a acudir a un hospital y logran superarlo en casa al paso de las semanas.