/ viernes 29 de noviembre de 2024

Entorno / La cantina del pueblo

A propósito de la inicua discusión sobre la reducción de los horarios de funcionamiento de los antros, discotecas, centros nocturnos o los que tienen una denominación, permiso y que se circunscriben a este ámbito, el problema es más profundo que esa condición administrativa que sin ninguna complicación el gobierno podría regular con solo aplicar la ley.

Lo de Dbar es un asunto más grave, porque hubo muertos, empleo de armas de alto calibre –según testigos- y ¿quienes perpetraron la masacre estarían realmente consumiendo bebidas alcohólicas?

Lo de Dbar es en realidad impunidad, ineficiencia de la autoridad, que, en un caso similar a principios de año detuvo en cuestión de horas a los responsables del asesinato de tres jóvenes ocurrido en otro antro, en la misma colonia, casi idéntica hora de los hechos y también en domingo. En la violenta irrupción del pasado domingo solo se habla de “sigilo” por la investigación y se cambia de móvil oficial en menos de 24 horas.

Las versiones extraoficiales con nombres y apellidos de quienes estaban presentes esa noche-madrugada en el referido antro son vox populli desde el domingo mismo y la especulación, los trascendidos son la moda del colectivo.

En una cantina de pueblo de un municipio de la Sierra, se cuenta la historia de un pequeño grupo de tres empresarios con edades de más de 60 años que departían en el lugar con tres caguamas (botella que contiene casi un litro de cerveza) conversaban, reían y disfrutaban de las botanas que el propietario les había permitido introducir, después de una hora con solo tres botellas como consumo, el dueño se acercó a ellos para decirles; es quincena, regresen otro día, afuera está una cola de muchachos que ellos si vienen a gastar y consumir, no como ustedes. Fin de la historia.

Un ex alcalde de un municipio de la región de los ríos, a mediados del año 2019 me contó –aquí se consignó en su momento- como después de la entrega de apoyos sociales del gobierno de México en distintos programas a los jóvenes las dos camionetas de cerveza que surtían a la cabecera municipal habían pasado a cinco y ahora tristemente no solo se veía a personas adultas tiradas en estado de ebriedad sino también a muchachos y peor aún a chicas.

En muchas colonias en todo el estado existen expendios clandestinos que nadie regula –el número de empleados de fiscalización es mínimo y tiene solo funciones administrativas- también se puede adquirir en distintas horas o podría decirse 24/7 lo que se desee y quiera.

Creer que con más ayudas sociales se va a detener esta espiral de violencia es por demás un absurdo por una comprobación básica en la que ni el padre y fundador del partido político más importante en este momento en todo México pudo lograrlo.

Ahora bien, esos jóvenes que ya no son elegibles para recibir esas becas, con el desempleo imperante y con alguna adicción desarrollada

¿De dónde obtendrán dinero para satisfacer sus necesidades más elementales y las adquiridas?

Si en verdad se está pensando en algo real para cambiar nuestra realidad, lo subjetivo, lo nimio como los horarios de antros debería ser lo menos importante. Una vida vale más que todo lo anterior.

CONTORNO

Violencia… ¿en el nombre de Dios?

Como cada año la Diócesis de Tabasco realizó una caravana caminata de feligreses con la imagen del Señor de Tabasco, en esta ocasión con una procesión más larga que comprendió los nueve sectores que integran la Catedral.

La peregrinación celebrada el pasado domingo inició a las cuatro de la tarde para concluir poco después de las siete de la noche.

Ese mismo domingo por la mañana, horas posteriores al trágico asesinato de seis jóvenes en el antro Dbar, el obispo de Tabasco, Monseñor, Gerardo de Jesús Rojas López al pedir por el eterno descanso de los muchachos y por la resignación y consuelo de sus familiares, expresó:

“Es necesario darnos cuenta cómo va creciendo esta ola de violencia, habrá muchas razones, muchos motivos, pero es algo que tenemos que considerarlo todos. Los ciudadanos tenemos que luchar por un tejido social estable, que exista la paz en nuestros corazones, pero sobre todo educar a los niños en valores” remarcó.

Apenas unas horas después de esas palabras, civiles atravesaban unidades particulares con torretas encendidas de manera arbitraria, bloqueando avenidas como Paseo Tabasco en el tramo que hace intersección con Francisco Javier Mina para el paso de la caravana de devotos en su ceremonia de adoración.

Ni una sola patrulla de seguridad pública o de la Policía Estatal de Caminos –al menos en esa parte- estuvo presente, solo camionetas particulares que impedían el paso de vehículos.

Un joven de mediana edad a quien le tocó encabezar la fila de coches detenidos despóticamente por esas camionetas, con algún tipo de urgencia, intentó librar el bloqueo, lo que la otra unidad impidió cerrando el paso de manera abrupta, casi al punto de la colisión.

El joven descendió de la unidad para increparlo por el casi inevitable choque, el conductor de la camioneta privada se bajó enfurecido con los puños por delante empujando a quien reclamaba el derecho al libre tránsito, en la unidad, los acompañantes del vehículo detenido, una joven señora y dos niños aterrados observando la escena.

Uno de los guías peatonales –seguramente de la Catedral- intercedió cuando se percató del hecho, suplicó paciencia al joven conductor y pidió al responsable de la camioneta que bloqueaba el paso serenarse al tiempo que lo conminaba a volver a la unidad.

Los conductores que estaban detrás del coche del joven se contuvieron para descender de sus unidades para respaldar su derecho de tránsito.

Si eso está sucediendo en un entorno religioso, de –amor al prójimo- imaginemos ahora, aquellos donde están presentes drogas, alcohol, dinero, poder.

Quizá por eso, el obispo también se refirió en esa reflexión al profeta Daniel respecto al principio y el fin.

“La profecía se está dando; hay destrucción, por eso pedimos a Dios que reine él en los corazones de los gobernantes y de aquellos que crean la violencia, que provocan la muerte, el sufrimiento y que no sienten, no tienen ese conocimiento de la caridad, la misericordia, el perdón y la bondad”. Dios bendiga a su pueblo…

javiermarinhdez@hotmail.com

A propósito de la inicua discusión sobre la reducción de los horarios de funcionamiento de los antros, discotecas, centros nocturnos o los que tienen una denominación, permiso y que se circunscriben a este ámbito, el problema es más profundo que esa condición administrativa que sin ninguna complicación el gobierno podría regular con solo aplicar la ley.

Lo de Dbar es un asunto más grave, porque hubo muertos, empleo de armas de alto calibre –según testigos- y ¿quienes perpetraron la masacre estarían realmente consumiendo bebidas alcohólicas?

Lo de Dbar es en realidad impunidad, ineficiencia de la autoridad, que, en un caso similar a principios de año detuvo en cuestión de horas a los responsables del asesinato de tres jóvenes ocurrido en otro antro, en la misma colonia, casi idéntica hora de los hechos y también en domingo. En la violenta irrupción del pasado domingo solo se habla de “sigilo” por la investigación y se cambia de móvil oficial en menos de 24 horas.

Las versiones extraoficiales con nombres y apellidos de quienes estaban presentes esa noche-madrugada en el referido antro son vox populli desde el domingo mismo y la especulación, los trascendidos son la moda del colectivo.

En una cantina de pueblo de un municipio de la Sierra, se cuenta la historia de un pequeño grupo de tres empresarios con edades de más de 60 años que departían en el lugar con tres caguamas (botella que contiene casi un litro de cerveza) conversaban, reían y disfrutaban de las botanas que el propietario les había permitido introducir, después de una hora con solo tres botellas como consumo, el dueño se acercó a ellos para decirles; es quincena, regresen otro día, afuera está una cola de muchachos que ellos si vienen a gastar y consumir, no como ustedes. Fin de la historia.

Un ex alcalde de un municipio de la región de los ríos, a mediados del año 2019 me contó –aquí se consignó en su momento- como después de la entrega de apoyos sociales del gobierno de México en distintos programas a los jóvenes las dos camionetas de cerveza que surtían a la cabecera municipal habían pasado a cinco y ahora tristemente no solo se veía a personas adultas tiradas en estado de ebriedad sino también a muchachos y peor aún a chicas.

En muchas colonias en todo el estado existen expendios clandestinos que nadie regula –el número de empleados de fiscalización es mínimo y tiene solo funciones administrativas- también se puede adquirir en distintas horas o podría decirse 24/7 lo que se desee y quiera.

Creer que con más ayudas sociales se va a detener esta espiral de violencia es por demás un absurdo por una comprobación básica en la que ni el padre y fundador del partido político más importante en este momento en todo México pudo lograrlo.

Ahora bien, esos jóvenes que ya no son elegibles para recibir esas becas, con el desempleo imperante y con alguna adicción desarrollada

¿De dónde obtendrán dinero para satisfacer sus necesidades más elementales y las adquiridas?

Si en verdad se está pensando en algo real para cambiar nuestra realidad, lo subjetivo, lo nimio como los horarios de antros debería ser lo menos importante. Una vida vale más que todo lo anterior.

CONTORNO

Violencia… ¿en el nombre de Dios?

Como cada año la Diócesis de Tabasco realizó una caravana caminata de feligreses con la imagen del Señor de Tabasco, en esta ocasión con una procesión más larga que comprendió los nueve sectores que integran la Catedral.

La peregrinación celebrada el pasado domingo inició a las cuatro de la tarde para concluir poco después de las siete de la noche.

Ese mismo domingo por la mañana, horas posteriores al trágico asesinato de seis jóvenes en el antro Dbar, el obispo de Tabasco, Monseñor, Gerardo de Jesús Rojas López al pedir por el eterno descanso de los muchachos y por la resignación y consuelo de sus familiares, expresó:

“Es necesario darnos cuenta cómo va creciendo esta ola de violencia, habrá muchas razones, muchos motivos, pero es algo que tenemos que considerarlo todos. Los ciudadanos tenemos que luchar por un tejido social estable, que exista la paz en nuestros corazones, pero sobre todo educar a los niños en valores” remarcó.

Apenas unas horas después de esas palabras, civiles atravesaban unidades particulares con torretas encendidas de manera arbitraria, bloqueando avenidas como Paseo Tabasco en el tramo que hace intersección con Francisco Javier Mina para el paso de la caravana de devotos en su ceremonia de adoración.

Ni una sola patrulla de seguridad pública o de la Policía Estatal de Caminos –al menos en esa parte- estuvo presente, solo camionetas particulares que impedían el paso de vehículos.

Un joven de mediana edad a quien le tocó encabezar la fila de coches detenidos despóticamente por esas camionetas, con algún tipo de urgencia, intentó librar el bloqueo, lo que la otra unidad impidió cerrando el paso de manera abrupta, casi al punto de la colisión.

El joven descendió de la unidad para increparlo por el casi inevitable choque, el conductor de la camioneta privada se bajó enfurecido con los puños por delante empujando a quien reclamaba el derecho al libre tránsito, en la unidad, los acompañantes del vehículo detenido, una joven señora y dos niños aterrados observando la escena.

Uno de los guías peatonales –seguramente de la Catedral- intercedió cuando se percató del hecho, suplicó paciencia al joven conductor y pidió al responsable de la camioneta que bloqueaba el paso serenarse al tiempo que lo conminaba a volver a la unidad.

Los conductores que estaban detrás del coche del joven se contuvieron para descender de sus unidades para respaldar su derecho de tránsito.

Si eso está sucediendo en un entorno religioso, de –amor al prójimo- imaginemos ahora, aquellos donde están presentes drogas, alcohol, dinero, poder.

Quizá por eso, el obispo también se refirió en esa reflexión al profeta Daniel respecto al principio y el fin.

“La profecía se está dando; hay destrucción, por eso pedimos a Dios que reine él en los corazones de los gobernantes y de aquellos que crean la violencia, que provocan la muerte, el sufrimiento y que no sienten, no tienen ese conocimiento de la caridad, la misericordia, el perdón y la bondad”. Dios bendiga a su pueblo…

javiermarinhdez@hotmail.com