Los primeros integrantes del gabinete de Claudia Sheinbaum son personas con un currículum notable. Esto indica que sus colaboradores no serán escogidos con el mismo criterio del presidente saliente, sino mediante otros parámetros que las mismas circunstancias del país exigen para continuar adelante con el proyecto de nación.
Aunque obviamente exige lealtad, lo destacable de las tres mujeres y los tres hombres que presentó públicamente el jueves pasado, es la capacidad y preparación que tienen, además de contar con el perfil adecuado para realizar sus funciones con eficacia, eficiencia y excelencia en los cargos que les fueron conferidos.
Tanto Marcelo Ebrard, futuro secretario de Economía, como Rosaura Ruíz Gutiérrez, secretaría de Ciencia, Humanidad, Tecnología e Innovación; Juan Ramón de la Fuente, titular de la Relaciones Exteriores; Alicia Bárcena, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, y Ernestina Godoy, consejera Jurídica de la Presidencia de la República, tienen una trayectoria probada e indiscutible.
Entonces, si está fue la entrada que dio a conocer Claudia Sheinbaum, la segunda parte no tendría por qué ser de menor categoría, al contrario, los y las funcionarias de su administración que serán presentados el próximo jueves deberán ser de mayor nivel.
No se trata de especular quién o quiénes podrían ocupar las demás carteras, pero sí, por lo menos, advertir qué personas no deberían ser tomadas en cuenta.
Si Claudia Sheinbaum y la dirigencia de su partido (Morena) avalan la designación de Adán Augusto López Hernández para tomar el liderazgo del Senado de la República, sería prácticamente como darse un tiro en el pie, pues avalarían el arribo de alguien con un oscuro pasado, inmiscuido en escándalos de corrupción, y otras cosas, tanto en la gubernatura de Tabasco como a su paso por la Secretaría de Gobernación.
Si bien es cierto que el ex encargado de la política interna del país validó la designación de Sheinbaum como coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, también es cierto que de ese proceso salió bastante vapuleado, inclusive, por haber casi perdido a su familia, luego de verse envuelto en un escándalo de inmoralidad por su presunto amorío con una diputada federal.
También es cierto que Adán Augusto le fue fiel y leal a Andrés Manuel López Obrador, por razones no solo de paisanaje sino hasta de relación familiar, pero no tendría por qué serlo con la virtual presidenta Claudia Sheinbaum, a quien seguramente le guarda un respeto y lealtad de mentiras y un rencor y resentimiento de verdad, por haber sido seleccionada para ocupar la silla presidencial y no él.
Concederle poder a Adán Augusto sería un mal mensaje para los mexicanos, pues la virtual presidenta de México demostraría que no importa la mala fama de algunos políticos para otorgarles un lugar en su gobierno, el cual, dicho sea de paso, ha despertado la esperanza de todos los sectores de la sociedad en general. Recordemos que detrás de ella hay 36 millones de mexicanos que confiaron en su palabra.
Seguramente, una cosa tiene muy clara la virtual presidenta Sheinbaum, que quienes estén a cargo de puntos estratégicos para el desarrollo político, económico y social del país, deben ser personas con capacidad, libres de mala fama y, sobre todo, con probada lealtad y fidelidad hacia ella.
De hecho, ya dio muestras que no estarán cerca aquellos que la presionaron desde su campaña. Manuel Velasco es una prueba palpable, pues ya no le dieron la Secretaría del Medio Ambiente que tanto anhelaba y, seguramente, se quedará fuera del gabinete.
Darle cargos de relevancia a ambos ex mandatarios de Tabasco y Chiapas, respectivamente, sería prácticamente poner la iglesia en manos de Lutero.
El Güero le jugó chueco a Claudia Sheinbaum durante el proceso de selección en el que resultó candidata a la Presidencia de la República, y, después, cuando ya había sido investida como tal. De hechos, ya como presidenta electa, se dice que le despreció una subsecretaría. Esa deslealtad no puede ser premiada.
El tabasqueño Adán Augusto también ya demostró que la fidelidad no es uno de sus mejores atributos, así que para qué darle alas si ya se sabe cómo va a terminar la historia.
Sassón
La diminuta figura física de la virtual presidenta de México no tiene nada que ver con el tamaño de su valor, inteligencia, capacidad y calidad moral. Se nota que es una gigante, pues se está rodeando de los mejores para hacerle frente a la edificación del segundo piso de la cuarta transformación.