No se puede asegurar que por los nombramientos en el gabinete de Claudia Sheinbaum se prolongue el mandato de Andrés Manuel López Obrador, de ninguna manera; tampoco se puede afirmar que, a partir del 1 de octubre del presente año, en el palacio nacional despachará la presidenta, pero el que manda estará en Palenque, de ninguna manera.
Aseverar algo así sería pensar que el tabasqueño se podría convertir en un símil de Plutarco Elías Calles cuando terminó su mandato en 1928, ya que en aquel entonces jefes militares, gobernadores y políticos destacados le hacían reverencia al ex mandatario y a los presidentes en turno los tenían como un cero a la izquierda.
Eso, en estos tiempos no podría ser posible, sobre todo porque las mujeres están totalmente empoderadas y Claudia Sheinbaum es una digna representante de su género, con capacidad, preparación académica y mucho valor para enfrentar y resolver los problemas del país. Es decir, la primera presidenta de la república no necesitará de vejigas para nadar.
Por ello, al designar en su gobierno a funcionarios que ya estaban en la actual administración, no quiere decir que al salir López Obrador la va a tener vigilada y aprisionada con algunos de esos personajes, es simplemente que, por su excelente desempeño, continuarán en el proyecto de la cuarta transformación, solo que ahora con el compromiso de construir el segundo piso. Que quede claro.
Este jueves, al presentar el tercer bloque de funcionarios que integrarán su gabinete presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo nombró a Omar García Harfuch como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), ratificó a Ariadna Montiel en la Secretaría de Bienestar, designó a Mario Delgado Carrillo como secretario de Educación y a Rosa Icela Rodríguez como titular de la Secretaría de Gobernación (Segob).
En este tercer evento, la presidenta de la república electa deja más que claro que no solo las acciones de su gobierno representarán la continuidad del proyecto de la 4T, sino también permanecerán hombres y mujeres que integrarán su gabinete, pues varios de ellos formaban parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, algunos ya habían trabajado con ella desde su mandato como jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Por ejemplo, Rosa Icela Rodríguez se desempeñó como secretaria de Gobierno en la capital del país, por eso la conoce muy bien la virtual presidenta, sabe de su capacidad y compromiso para trabajar con eficiencia, eficacia y sensibilidad en las demandas ciudadanas.
No es precisamente porque haya sido la titular de seguridad en el sexenio del presidente López Obrador que la tomó en cuenta, sino más bien porque siendo parte de su equipo fue llamada para desempeñar una tarea mayor en el país.
Asimismo, Omar García Harfuch también fue su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana en el gobierno de la capital del país, por lo que dados los resultados que dio en la materia, le otorgó de nuevo la confianza para atender esa compleja situación, solo que ahora en todo México.
Seguramente ratificó a Ariadna Montiel en la Secretaría de Bienestar, porque el principal reto de esa institución es combatir la pobreza, fortalecer los programas existentes y poner en marcha otros, pero, sobre todo, que mantenga los mismos o mejores resultados obtenidos el pasado 2 de junio. En eso ya tiene experiencia.
Con los nombramientos del pasado jueves se puede decir que ya tiene casi completo su gabinete, pues hasta el momento ha designado a Rogelio Ramírez de la O en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), David Kershenobich en la Secretaría de Salud (SSA), Luz Elena González, en Secretaría de Energía (Sener), Jesús Antonio Esteva en Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
Asimismo, en la Secretaría de la Función Pública (SFP) invistió a Raquel Buenrostro, en Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) a Edna Elena Vega, Secretaría de Economía (SE) a Marcelo Ebrard Casaubón, y en la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI) a Rosaura Ruiz Gutiérrez.
De igual manera, denominó a Juan Ramón de la Fuente como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Alicia Bárcena Ibarra como secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Julio Berdegué Sacristán en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADR), y a Ernestina Godoy Ramos en la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal.
Le faltaría designar a los que se harán cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Secretaría de Marina (Semar), Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), Secretaría de Turismo (Sectur), así como del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex).
Lo que sí es un hecho, es que para la Sedena y Semar quedan descartadas las mujeres, porque normalmente son Almirantes y Generales de División quienes ocupan esos cargos, y, hasta el momento, no hay ninguna con ese rango, señaló la propia presidenta electa de México, y aseguró que respetará a las propias instituciones.
Sassón
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