El agua potable y las inundaciones en el municipio de Centro, que comprende a la capital de Tabasco, será tema medular en el debate público de cara a las elecciones para gobernador de 2024, por tratarse de un problema sin tintes de desenlace en el mediano plazo. En añadidura, en este tenor debe revisarse si es viable mencionar o no a la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta en el abanico de prospectos para suceder al capitán Carlos Manuel Merino Campos.
¿Debe sumarse a la ex secretaria de Cultura a los precandidatos? La respuesta es que sí a partir de que ocupa el segundo cargo público en importancia después de la gubernatura, por lo que su quehacer le acerca reflectores; en la praxis política no es conveniente, ya que han fracasado todos los presidentes municipales que han apetecido la Quinta Grijalva después de terminar su trienio; la excepción es Andrés Granier Melo, quien rigió la capital y fue titular del Ejecutivo, pero tres años después de despachar en la silla municipal.
Además, de acuerdo con fuentes enteradas, cuando se pensó en Osuna como relevo de Evaristo Hernández Cruz la principal característica que se vio en ella es que su perfil no es el del político tradicional, sino el de una administradora con fama de honesta y seria, en razón de pertenecer a una familia de clase media con mucha aceptación social en Villahermosa.
Durante el repaso de los nombres de los abanderados de Morena para las elecciones de 2021, se le escuchó decir al entonces gobernador, Adán Augusto López Hernández, que en la capital urgía una buena presidenta o un buen presidente municipal.
Según esa especie, el ahora encargado de la política interna habría dicho que el mejor trienio en últimas fechas ha sido el que encabezó la priísta Georgina Trujillo Zentella.
El hecho de que Osuna no sea considerada parte de un grupo político ni posea una carrera con identidad partidista bien definida, hace deducir que no va a renunciar un año antes ni que va a poner a la comuna a favor de contendiente alguno.
De acuerdo con esta consideración, ella está integrada a cabalidad en el proyecto de la llamada ‘Cuarta transformación’.
Pero, ¿cuál sería el problema para Osuna en caso de que, como dice el clásico, escuchara el canto de las sirenas y se lanzara por la gubernatura?
De entrada, sobre ella pende una amenaza mucho mayor a la que en su momento se enfrentaron sus homólogos que quisieron saltar de la Plaza de la Revolución a Plaza de Armas, que es el conflicto del agua potable:
1.- Según la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS), Tabasco no ha dejado de ocupar el último lugar nacional en recaudación por concepto de agua potable.
2.- Solo el 23 por ciento de la ciudadanía le paga el servicio a la comuna de Centro.
3.- Hay una cartera vencida por ese concepto cercana a los mil millones de pesos.
4.- En 2021 solo se ingresó al erario 94 millones de pesos y en este año se espera llegar a los 110 millones de pesos.
A esto súmele la declaración reciente de Osuna Huerta de que recibió la administración con 12 mil baches en el municipio.
Aquí conviene hacer la ecuación con lo que se decía en el gobierno anterior, el de Evaristo Hernández Cruz, el cual señalaba que el perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa había dejado cuatro mil huecos citadinos, aunque se desconoce si ambas autoridades están midiendo la misma superficie o si uno se refiere a todo el municipio y el otro solo aludía a la cabecera.