En Emiliano Zapata arrancó la semana pasada la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales y en diciembre iniciará operaciones. Son obras que se antojan ya urgentes ante la indolencia o falta de seguimiento de gobiernos anteriores que, se espera, no se repitan más.
En 2017 la anterior administración anunció una rehabilitación y puesta en marcha de estaciones de bombeo, así como la interconexión de cárcamos hacia las plantas de tratamiento Noreste (ranchería Traconis rumbo a Macuspana) y Sureste (ranchería Río Viejo) en Villahermosa.
La CEAS en ese entonces presumió la cobertura de tratamiento de aguas residuales en 62 por ciento de las descargas en la ciudad. Se destinaron 156.9 millones de pesos vía la Conagua.
Se desconoce si las plantas operan tal como se proyectó para disminuir la contaminación en el río Grijalva –y de otros afluentes- en su paso por la zona urbana y que concentra aguas que bajan desde la zona serrana donde también se requieren plantas de tratamiento.
Lo positivo es que el gobernador, Adán Augusto López Hernández, ya anunció que para enero de 2020 iniciará la construcción de ese tipo de plantas en Teapa y en Macuspana.
De no hacerse estas obras la contaminación llegará a tal punto que tomarla de los ríos para la potabilización encarecerá cada vez más su proceso, pero sobre todo pondrá en mayor riesgo la sobrevivencia de especies en los cuerpos de agua.
Un dato para tomarse en cuenta es que hacía 40 años se proyectó la planta de tratamiento en Emiliano Zapata. De ese calibre el rezago para reducir la contaminación de las aguas en el río Usumacinta.
Este río, de acuerdo a un estudio regional que el Centro del Cambio Global y Sustentabilidad elabora sobre el Cañón del Usumacinta, resalta la buena calidad de agua que transita por el Usumacinta; de ahí la importancia de esos proyectos para cuidarla, aunados a los turísticos como Ríos Mayas, pues ni modo de mostrar a los visitantes un río pestilente y sin vida acuática.
Para este año está en puerta la licitación de otra planta de tratamiento en el municipio de Centla, según adelantó el titular de CEAS, Armando Padilla Herrera; además la conclusión de una en Jonuta y la rehabilitación de otra en Tenosique.
Para cuidar la calidad de los cuerpos de agua, además de encapsular las descargas hacia ese tipo de plantas para ser tratadas, se necesita también mayor reforestación para frenar en mayor medida la llegada de residuos fertilizantes.
Ojalá no sea tarde, pues el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM detectó una gran porción de hipoxia por exceso de nutrientes frente a las costas de Tabasco que son arrastrados por cuerpos de agua; tal como en el río Mississippi en Estados Unidos, donde está la mayor zona de hipoxia en el mar.
Resulta destacable que el gobierno actual ponga todo el interés en este aspecto desde su arranque. Esperemos que en 2024 herede mejores condiciones a las actuales, en algo donde la participación ciudadana y el cumplimiento de la normatividad serán fundamentales.
HOJAS SUELTAS…
Otra llamada de alerta del cambio climático provocado por la actividad humana, fue la inusual granizada en Guadalajara la madrugada de ayer domingo. Eso se suma a las extremas temperaturas en Europa, que en Francia superó los 45 grados centígrados. Quienes cuentan con la plataforma Netflix, sería recomendable vean el documental “Nuestro planeta”, para darse una idea de hacia dónde vamos.