/ martes 4 de junio de 2019

Contaminación y cambio climático en Tabasco

Aunque la calidad del aire en Tabasco aún se considera aceptable, la gran cantidad de incendios, generalmente provocados por la quema irracional de pastizales y el constante crecimiento del parque vehicular, hace que siete municipios registren mala calidad en el aire –por encima de las PM10-, derivado de la falta de políticas públicas que regulen a emisores de contaminantes, principalmente en Villahermosa.

La actividad de la industria petrolera también contribuye a la mala calidad del aire, debido a la quema y venteo de gas para optimizar la producción de petróleo en yacimientos. No obstante, no hay control de Pemex en estas emisiones y los daños directos a la salud son importantes en los habitantes de las demarcaciones con producción petrolera.

Tabasco ocupa el segundo lugar a nivel nacional en pies cúbicos quemados de gas, quemando el 17% del total del gas en México, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.

Además de que toneladas de basura invaden ríos en Tabasco, la contaminación de los complejos hidrográficos de la entidad es un problema que crece. Hay presencia de cadmio, plomo y aluminio en algunos puntos de los afluentes de los ríos Grijalva y Usumacinta y en más de 20 lagunas en 3 de los 17 municipios. Estos metales muy tóxicos para la flora y fauna terrestre y acuática, son como consecuencia de desechos industriales de la actividad petrolera y descargas de sustancias tóxicas en el uso de fertilizantes.

Debemos hacer consciencia de la enorme importancia que involucrarnos como sociedad puede hacer toda la diferencia y son acciones muy sencillas y cotidianas las que suman en beneficio del medio ambiente. Y desde la sociedad civil, alzar la voz e informar sobre la situación estos temas ambientales.

Ahora es cuando México debe dar el siguiente paso y desarrollar sólidas regulaciones enfocadas a reducir y sancionar la contaminación industrial, pero principalmente, es decisivo avanzar hacia una transición energética sustentable y dejar atrás la dependencia del petróleo. Es urgente transitar a una economía basada en energías renovables para combatir el cambio climático.

Tabasco adolece de un programa vigente estatal de acción contra el cambio climático. No tenemos un Sistema de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV) y Monitoreo y Evaluación (M&E) de las agendas sectoriales de cambio climático, que permita evaluar de manera periódica, transparente y confiable el cumplimiento de las políticas climáticas en el estado. Por si fuese poco, no se cuenta con ningún instrumento municipal de acción contra el cambio climático y las áreas responsables del tema ambiental son elefantes blancos con recursos técnicos y financieros limitados.

Si bien recientemente se llevó a cabo la instalación de un Consejo Estatal de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, en su integración no existe una visión integral para el diseño y ejecución de políticas públicas eficientes y eficaces, al no incluir especialistas en medio ambiente y miembros reconocidos de la sociedad civil, que puedan realizar aportaciones y opiniones sobre el tema, con la finalidad de enriquecer los trabajos para la mitigación y adaptación ante los efectos del cambio climático en Tabasco; que representa un riesgo muy grave y reto único para la economía con un alto costo social.

Aunque la calidad del aire en Tabasco aún se considera aceptable, la gran cantidad de incendios, generalmente provocados por la quema irracional de pastizales y el constante crecimiento del parque vehicular, hace que siete municipios registren mala calidad en el aire –por encima de las PM10-, derivado de la falta de políticas públicas que regulen a emisores de contaminantes, principalmente en Villahermosa.

La actividad de la industria petrolera también contribuye a la mala calidad del aire, debido a la quema y venteo de gas para optimizar la producción de petróleo en yacimientos. No obstante, no hay control de Pemex en estas emisiones y los daños directos a la salud son importantes en los habitantes de las demarcaciones con producción petrolera.

Tabasco ocupa el segundo lugar a nivel nacional en pies cúbicos quemados de gas, quemando el 17% del total del gas en México, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.

Además de que toneladas de basura invaden ríos en Tabasco, la contaminación de los complejos hidrográficos de la entidad es un problema que crece. Hay presencia de cadmio, plomo y aluminio en algunos puntos de los afluentes de los ríos Grijalva y Usumacinta y en más de 20 lagunas en 3 de los 17 municipios. Estos metales muy tóxicos para la flora y fauna terrestre y acuática, son como consecuencia de desechos industriales de la actividad petrolera y descargas de sustancias tóxicas en el uso de fertilizantes.

Debemos hacer consciencia de la enorme importancia que involucrarnos como sociedad puede hacer toda la diferencia y son acciones muy sencillas y cotidianas las que suman en beneficio del medio ambiente. Y desde la sociedad civil, alzar la voz e informar sobre la situación estos temas ambientales.

Ahora es cuando México debe dar el siguiente paso y desarrollar sólidas regulaciones enfocadas a reducir y sancionar la contaminación industrial, pero principalmente, es decisivo avanzar hacia una transición energética sustentable y dejar atrás la dependencia del petróleo. Es urgente transitar a una economía basada en energías renovables para combatir el cambio climático.

Tabasco adolece de un programa vigente estatal de acción contra el cambio climático. No tenemos un Sistema de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV) y Monitoreo y Evaluación (M&E) de las agendas sectoriales de cambio climático, que permita evaluar de manera periódica, transparente y confiable el cumplimiento de las políticas climáticas en el estado. Por si fuese poco, no se cuenta con ningún instrumento municipal de acción contra el cambio climático y las áreas responsables del tema ambiental son elefantes blancos con recursos técnicos y financieros limitados.

Si bien recientemente se llevó a cabo la instalación de un Consejo Estatal de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, en su integración no existe una visión integral para el diseño y ejecución de políticas públicas eficientes y eficaces, al no incluir especialistas en medio ambiente y miembros reconocidos de la sociedad civil, que puedan realizar aportaciones y opiniones sobre el tema, con la finalidad de enriquecer los trabajos para la mitigación y adaptación ante los efectos del cambio climático en Tabasco; que representa un riesgo muy grave y reto único para la economía con un alto costo social.