Gudelia Delgado Meza
El 04 de noviembre de 2024, diversos medios informativos de alcance mundial corroboraron lo que las feministas ya sabíamos: Imane Khelif, el boxeador argelino ganador del oro en la categoría femenil de boxeo en los Juegos Olímpicos de París en agosto de este mismo año, es un hombre.
El periodista francés Djaffar Ait Aoudia da cuenta de un informe médico redactado en junio de 2023, a través de una colaboración entre el hospital Kremlin-Bicêtre de París (Francia) y el hospital Mohamed Lamine Debaghine de Argel (Argelia), que revela que Imane Khelif tiene características biológicas masculinas. Los endocrinólogos expertos Soumaya Fedala y Jacques Young aseguran en el estudio realizado al boxeador argelino que este se ve afectado por la deficiencia de 5-alfa reductasa, un trastorno sexual que se presenta únicamente en hombres.
Aoudia afirma que una resonancia magnética determinó que Khelif no tiene útero, sino testículos internos y un micropene. Una prueba cromosómica confirmó además que tiene un cariotipo XY y una prueba hormonal descubrió que su nivel de testosterona es típico de los varones. Asimismo, los médicos sugirieron en el informe clínico que los padres Khelif podrían ser parientes consanguíneos.
Las feministas no estamos sorprendidas por los resultados de este estudio clínico. Con suficiente antelación a la realización de los juegos olímpicos de París advertimos acerca de la injusticia y la violencia que padecerían las boxeadoras al enfrentarse con un hombre que fue deliberadamente admitido por el Comité Olímpico Internacional (COI) a sabiendas de su sexo masculino.
El único requisito que el COI solicitó a deportistas para participar en el boxeo femenino fue tener un documento legal que consignara el sexo; Khelif presentó un pasaporte de mujer y con eso bastó para oficializar la violencia contra las mujeres como un deporte olímpico. En su primera pelea en París, Imane Khelif golpeó tan brutalmente a la boxeadora italiana Angela Carini que esta dejó de pelear a los 46 segundos de iniciado el combate.
Y Khelif no fue el único hombre que golpeó a mujeres con la complacencia misógina de las “autoridades deportivas olímpicas”, también lo hizo el boxeador taiwanés Lin Yu-ting quien, al igual que Khelif, fue vetado por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) para participar en la categoría femenina de boxeo debido a los análisis cromosómicos que (mucho antes de desarrollarse los Juegos Olímpicos 2024) demostraron que son hombres.
¿Por qué a pesar de las pruebas presentadas por la IBA se les permitió a Khelif y a Yu-ting competir contra mujeres? Porque son hombres y gozan del privilegio masculino de que sus deseos sean órdenes. A ninguna “autoridad deportiva olímpica” le importó que pugilistas con digna rabia como la búlgara Svetlana Staneva o la turca Esra Yildiz Hahraz se rebelaran ante la injusticia y la violencia de las que eran objeto haciendo la señal XX en alusión a los cromosomas exclusivamente femeninos. Misógino como el que más, ante las protestas simbólicas de ellas y de las exigencias masivas que feministas de todo el mundo dirigimos al Comité Olímpico para que se les garantizara a las mujeres Juego Limpio, este guardó un silencio que nosotras interpretamos de manera certera: son mujeres, sus voces no cuentan, aquí mandamos nosotros y se aguantan.
El reciente estudio dado a conocer por el periodista francés Djaffar Ait Aoudia, en el que de manera contundente se demuestra que Imane Khelif es un hombre, es una nueva oportunidad para demandar un alto al Juego Sucio contra las mujeres. Lo justo es que Khelif devuelva la medalla de oro que le arrebató a una mujer, pero es muy probable que ello no suceda porque en
el sistema patriarcal en que nos regimos los deseos de los hombres están por encima de los derechos de las mujeres. Esa es la razón por la que se permite y oficializa el Juego Sucio contra nosotras y esa es también la raíz de la violencia estructural que padecemos.
Pero lo decimos y lo reiteramos: no contarán con la comodidad de nuestro silencio.
MIRADAS EN POSDATA
Al 05 de noviembre de 2024 alcanzamos la cifra de 43 mujeres víctimas de feminicidio en Tabasco. En los próximos días, el Frente Abolicionista de Tabasco emitirá un pronunciamiento al respecto y solicitará (una vez más) a los titulares de los tres poderes del estado realizar la gestión para emitir la ALERTA DE VIOLENCIA DE GÉNERO en Tabasco, puesto que no hay ningún indicio de que esta creciente ola de violencia feminicida vaya a disminuir en el corto plazo.