El nombramiento de Dolores Gutiérrez como delegada en Tabasco de la campaña de Xóchilt Gálvez es visto por muchos como la integración del nuñismo a la campaña presidencial. Así se revive a esta corriente perredista que gobernó el pasado sexenio con desastrosos resultados. Tan evidentes, que han sido señalados por el exgobernador Adán Augusto y el actual mandatario Carlos Manuel Merino. Ambos de Morena.
Gutiérrez fue una de las políticas más cercanas a Arturo Núñez Jiménez. Fue su senadora suplente, luego en su Gobierno ocupó la entonces todopoderosa Dirección de Comunicación Social y más tarde fue diputada local. En algún momento, los voceros del exmandatario perredista la promovieron como candidata a la alcaldía de Centro.
ANJ lleva seis años sin regresar a Tabasco o al menos sin dejar verse en público. Esto es un hecho inédito en la historia de los exmandatarios tabasqueños, porque ninguno llegó al extremo de ‘desaparecer’ tras dejar su gestión. La respuesta a esta ausencia radica en los fuertes señalamientos que sobre su administración ha hecho el Gobierno de Morena.
Desde que tomó el cargo en 2019, Adán Augusto, actual coordinador político de la campaña de Claudia Sheinbaum, hizo una serie de señalamientos de corrupción sobre el pasado sexenio, amagando con denunciar a los responsables. Tras tomar el cargo, Carlos Manuel Merino coincidió con su antecesor y denunció varias irregularidades, hablando ambos de faltantes de cientos de millones de pesos.
Ahora mismo, un funcionario indirecto del Gobierno de Núñez, el expresidente del Tribunal Superior de Justicia, Jorge Priego Solís, está acusado de malversar decenas de millones de pesos, con el riesgo inminente de pisar la cárcel.
Otro de sus funcionarios estrella, el exfiscal Fernando Valenzuela Perrnas, fue señalado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación por ser responsable, como titular de la Fiscalía, del encarcelamiento ilegal y la fabricación de pruebas contra cuatro hombres acusados de secuestro. Es el famoso caso de Duda razonable.
Por si lo anterior no fuera suficiente, el exgobernador priista Andrés Granier lo demandó ante la Fiscalía General del Estado, encabezada por Nicolás Bautista Ovando. El Químico ha denunciado a ANJ por daño moral y difamación, al considerar que hubo dolo y mala fe en lo que ha calificado como una persecución política que lo llevó casi seis años a prisión.
Por estos elementos, juntos todos o por separado, es que ANJ no ha regresado a su tierra natal, convirtiéndose en el primer exgobernador en estar en una situación así.
Que quede claro: Dolores Gutiérrez nunca ha sido señalada legalmente de alguna anomalía en su desempeño público y su quehacer legislativo. Es decir, no ha pisado los tribunales. En lo personal, cuenta con un expediente limpio que le da plena libertad para continuar su carrera política y vida personal.
En realidad, la desazón en buena parte del priismo tabasqueño, particularmente en el granierismo, radica en ver con incredulidad la integración del nuñismo a la campaña presidencial de Xóchitl.
Se dice que en el búnker de Fabián Granier la noticia no ha sido recibida en los mejores términos; no por culpa de Gutiérrez, sino por los agravios recibidos por quien fuera su jefe político en el pasado sexenio.
Al pan, pan y al vino, vino. Esto significa que el granierismo se siente extrañado al observar cómo Xóchitl, quien hoy miércoles encabeza un mitin en el parque Juárez, parece desconocer el enorme daño que el nuñismo hizo a la vida pública de la entidad.
Esto ha creado un enorme desánimo en las filas tricolores, en particular en quienes respaldan al Químico y a su hijo Fabián, ambos convertidos en los dos principales activos políticos de la alianza opositora en el Edén.
: LA RÚBRICA
Jorge Ávarez Maynez estuvo en Tabasco. Lo acompañaron muy de cerca el candidato a senador Gerardo Gaudiano y el delegado nacional del partido, Hernán Pérez Soto. Ambos tienen confianza en registrar un buen resultado electoral en tierras tabasqueñas. Ya se verá que tan inteligentes son los operadores políticos de su campaña, sabiendo que tienen mucho por hacer como la llamada ‘tercera vía’.
