El Ayuntamiento de Centro anunció con bombos y platillos que comenzará el primero de agosto, junto a la nueva planta potabilizadora Carrizal II y la plataforma de captación carrizal, la construcción del Acueducto Usumacinta, que será una estructura de conducción del agua del río Carrizal a la planta potabilizadora Villahermosa — que abastece casi la mitad de la capital de Tabasco— de 4.1 kilómetros. Lo que confirma, la grave contaminación del río Grijalva y la actual crisis del vital líquido que afecta a los habitantes del municipio.
Esta obra puede ser una medida significativa para abordar el desabasto de agua. Sin embargo, no resolverá definitivamente el problema del desabasto para los habitantes del municipio de Centro, pues esto implica considerar múltiples factores, incluyendo el impacto ambiental y la gestión sostenible del recurso hídrico.
Desafortunadamente, existe un olvido institucional en la gestión y manejo de las aguas residuales. Es por ello, que los principales ríos en Tabasco como el Grijalva, Mezcalapa, Usumacinta, Samaria y La Sierra, enfrentan problemas de contaminación. Además de que las lagunas El Negro, Loma de Caballo y Las Ilusiones atraviesan la misma situación y se encuentran en riesgo de desaparecer por el crecimiento demográfico y de la infraestructura urbana.
Hay que reducir la contaminación de los ríos y lagunas. Por ejemplo, tan solo en la icónica Laguna de las Ilusiones, es un vertedero de aguas negras, que recibe día y noche las descargas de desechos de al menos 16 colonias de la ciudad de Villahermosa y hay estudios que revelan, que de seguir a este ritmo la contaminación del vaso Cencalli, dejaría de ser un cuerpo de agua en un periodo de tres a cinco años.
De los más de 400 millones de metros cúbicos de aguas residuales que anualmente Tabasco vierte a ríos y lagunas, cerca de 150 millones de ese volumen, es decir, un 40 por ciento, va a parar sin ningún tipo de tratamiento. Por esta razón, en su superficie total, ríos como El Grijalva y Carrizal reciben las cañerías y escurrimientos de las principales colonias de Villahermosa: están contaminados por residuos urbanos, heces fecales y contaminantes fisicoquímicos.
Los principales afluentes como el Grijalva, Carrizal, Viejo Mezcalapa, Samaria y La Sierra, presentan un severo impacto ambiental debido a que el estado tiene un enorme rezago en infraestructura de tratamiento de aguas residuales.
La turbidez que nos percatamos del agua en nuestras casas, es contaminación por materia orgánica, que en el caso de ríos como Grijalva y Carrizal llegan a presentar 46 miligramos por litro en la DQO (demanda química de oxígeno del agua) y 208 miligramos por litro de sólidos suspendidos totales (SST), y niveles de turbiedad de 3 mil 600 NTU — del inglés Nephelometric Turbidity Unit— por segundo, cuando según la Organización Mundial para la Salud, la turbidez del agua para consumo humano no debe superar en ningún caso las 5 NTU, y estará idealmente por debajo de 1 NTU.
Estas obras son paliativo al problema de falta de agua de calidad en la capital tabasqueña. Hay algunos aspectos técnicos que deben considerarse como la disponibilidad y calidad del agua, ya que es fundamental evaluar su disponibilidad y calidad en el río menos contaminado, así como la capacidad de captación y tratamiento de la planta potabilizadora. Se deben realizar estudios hidrológicos y de calidad del agua para determinar si existe una fuente de agua adecuada y sostenible para abastecer a la población del municipio de Centro.
Una nueva zona de captación en el río Carrizal y la construcción de una línea para abastecer a la planta Villahermosa, no es una respuesta que dé solución a los problemas que enfrenta el municipio de Centro, se requiere un programa integral de gestión del agua, para dar solución a los problemas de abasto y de turbidez que viven colonias de Villahermosa. Como muestra de estos regazos, en el Inventario de Plantas Municipales de Potabilización y de Tratamiento de Aguas Residuales en Operación de estados y municipios, se asienta que en la entidad hay 77 infraestructuras de ese tipo con una capacidad de 2 millones 077 mil litros por segundo, pero apenas trata un caudal de un millón 613 mil litros por segundo.
La contaminación de las aguas de los ríos y lagunas, por descargas de aguas residuales es crítica. Según datos oficiales, debe existir una planta de tratamiento de aguas residuales por cada centro de población de más de 2 mil 5001 habitantes y hasta el momento ningún ayuntamiento de los que ya operan sus sistemas de agua, ni el organismo del gobierno estatal que es la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS), se ha ocupado del problema de saneamiento. En el río Grijalva no existe una sola planta de tratamiento de aguas residuales y en Villahermosa solo opera, pero no al cien por ciento, la de la Laguna del Camarón en Gaviotas.
Por lo expuesto, algunos puntos a tener en cuenta en este proyecto son la disponibilidad y calidad del agua, ya que es necesario realizar estudios detallados para evaluar la disponibilidad y calidad del agua en el río Carrizal, considerando factores como la estacionalidad y la variabilidad del caudal. Además, se debe garantizar que la calidad del agua captada y tratada cumpla con los estándares establecidos para consumo humano.
La capacidad de la planta potabilizadora debe ser suficiente para tratar el volumen de agua necesario y garantizar un suministro adecuado a la población. Es importante contar con tecnologías de tratamiento eficientes que puedan hacer frente a la contaminación presente en los ríos mencionados.
Además de la capacidad de tratamiento está el impacto ambiental. Los ríos Grijalva, Carrizal, Viejo Mezcalapa, Samaria y La Sierra ya presentan un severo deterioro debido a la contaminación. Antes de implementar el proyecto, es necesario tener los estudios de impacto ambiental exhaustivos para evaluar los posibles efectos adicionales que la captación y distribución de agua pueden tener en los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad local. Estas evaluaciones son cruciales para minimizar los impactos negativos y establecer medidas de mitigación adecuadas.
A la construcción de infraestructura, también es fundamental implementar una gestión sostenible del agua a largo plazo. Esto implica fomentar prácticas de conservación, promover el uso eficiente del recurso hídrico y considerar alternativas como la diversificación de fuentes de abastecimiento y la reutilización de agua tratada. La gestión integral del agua debe abordar tanto la oferta como la demanda, y contar con un enfoque participativo de la sociedad.
En conclusión, si bien la construcción de una planta potabilizadora, una plataforma de captación y un acueducto puede ser una medida importante para mitigar el desabasto de agua en la ciudad de Villahermosa, la solución definitiva requiere considerar la disponibilidad y calidad del agua, el impacto ambiental existente y potencial, y la implementación de una gestión sostenible del agua a largo plazo. Es fundamental realizar estudios técnicos y evaluaciones integrales para tomar decisiones informadas y garantizar una solución sostenible.
¿Ahora sí comprendemos por qué no hay agua suficiente y de calidad para el consumo humano en el municipio de Centro?
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