El cambio climático no es un tema trivial, sus efectos adversos nos han alcanzado, debemos, sociedad y gobierno, adoptar una nueva cultura del agua. México está padeciendo una crisis hídrica sin precedentes, pues las principales ciudades del país enfrentan problemas en la gestión del vital líquido.
Las sequías que ha sufrido México en los últimos años, no solo ocurren en zonas rurales, también las ciudades más pobladas del país están padeciendo escasez de agua. Se estima que, por cada grado de calentamiento global, aproximadamente un 7% de la población mundial estará expuesta a una disminución de al menos 20% de los recursos hídricos renovables, de acuerdo con el Informe de políticas de ONU-AGUA sobre el Cambio Climático y el Agua de la organización Un Water.
La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) monitorea una sequía que está impactando en todo el país. 2022 es el año con las peores condiciones en materia de escasez de agua para México, pues solo en marzo, 74% del territorio nacional se ubicó en la categoría de “anormalmente seco” y el 46% estuvo clasificada de “moderada a excepcional”.
De acuerdo al Monitor de Sequía del México (MSM) de CONAGUA –al 15 de junio-, 72.58% del territorio nacional tuvo un porcentaje de afectación por sequía, ubicándose en la categoría de “anormalmente seco”; 31.17% con afectación de “sequía severa” y; 10.99% en condiciones de “sequía extrema”.
Es preocupante porque 82% de los municipios están anormalmente secos o presentan una sequía como tal. En 2021, 57% de los municipios sufrían este problema. Por eso hay que informar que estamos teniendo un año muy seco en todo el territorio nacional, pero no olvidemos que los sistemas deficientes y alcantarillado que tiene fugas por todas partes, información imprecisa sobre las concesiones y un desorden urbano, impide brindar el servicio básico de agua potable de forma efectiva en el país y es peor para las tres ciudades más importantes del país. Monterrey, en Nuevo León; Guadalajara, en Jalisco y; la Ciudad de México (CDMX), la capital del país, cuentan con una disponibilidad de agua muy por debajo de la media nacional que es inferior a los 5,000 m3 por habitante al año.
Por ejemplo, la CDMX únicamente cuenta con 200 litros disponibles al día por habitante, por lo que el estrés hídrico es una realidad por la falta de agua y esto ya se advertía hace casi 50 años. México presenta condiciones desfavorables para alcanzar la seguridad hídrica, presente y futura, que tiene cuatro elementos: 1) Garantizar el abastecimiento de agua, de buena calidad, en la cantidad adecuada para toda la población, incluyendo zonas periurbanas y zonas rurales; 2) Contar con una cantidad suficiente de agua para el desarrollo saludable del medio ambiente; 3) Tener agua para las actividades económicas (producción industrial, de alimentos, de energía, etcétera) y; 4) Garantizar estos tres elementos, incluso ante la ocurrencia de fenómenos hidrometeorológicos extremos, como sequías e inundaciones, que son cada vez más extremas por el cambio climático.
Tabasco, no presenta condiciones de sequía actualmente, salvo excepciones en algunas zonas en los municipios de Cárdenas y Huimanguillo, de acuerdo al MSM de CONAGUA. No obstante, la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible, debido a la sobreexplotación y contaminación de acuíferos.
Si bien, en Tabasco tenemos la primera red de recursos hídricos, la más extensa de toda la República, donde fluyen los caudales de los dos ríos más grandes del país, el Usumacinta y Grijalva -que desembocan juntos en el Golfo de México-, además de una superficie hídrica importante con ríos como Tonalá, numerosas lagunas, pantanos y manglares, factores como la contaminación y el uso irracional de los recursos naturales, amenazan su subsistencia.
La contaminación de los complejos hidrográficos de Tabasco es un problema que crece. Hay presencia de cadmio, plomo y aluminio en algunos puntos de los afluentes de los ríos Grijalva y Usumacinta, y en más de 20 lagunas en 3 de los 17 municipios. Metales que son muy tóxicos para la flora, fauna terrestre y acuática, como consecuencia de desechos industriales de la actividad petrolera y descargas de sustancias tóxicas en el uso de fertilizantes.
A pesar que son insuficientes las 19 plantas potabilizadoras en el municipio de Centro, para acceso a agua suficiente y segura a una población de más de 683,607 habitantes, ya que la dotación de agua potable a nivel municipal es de 354 mil 589 m3 diarios y se estima que cerca de 180 mil habitantes de aproximadamente 36 colonias, fraccionamientos y villas del municipio, tienen problemas de abastecimiento de agua por el Sistema de Agua y Saneamiento (SAS). En el municipio se cuenta con 518 litros de agua disponibles al día por habitante, por arriba de la media nacional, que es de 380 litros, lo que significa que también desperdiciamos el agua. A nivel estatal, consumimos 13,097 m3 de agua por habitante al año, muy por encima del promedio nacional que es de 4,312 m3 por habitante anual.
La infraestructura de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS) en Tabasco es insuficiente, ya que solo cuenta con 27 plantas potabilizadoras en 14 municipios. Tabasco, está rodeado de ríos, pero existe un serio problema de desabasto del vital líquido, que data de mucho tiempo atrás, pero que se agudiza, sin que ninguna autoridad le dé solución eficaz. Si bien es cierto, la infraestructura hidráulica ha envejecido, la tecnología es obsoleta y los organismos operadores del agua no están equipados para atender la creciente demanda, ni la cobertura de tratamiento de aguas residuales municipales, que apenas es de 67%, los ciudadanos despreciamos la importancia de cuidar el agua. Por ello, es importante que se promueva el uso eficiente del recurso en todos los sectores, así como implementar acciones que ayuden a proteger los cuerpos e infraestructuras hídricas que existen actualmente.
Existe población que no cuenta con acceso al servicio de suministro de agua potable o con servicios deficientes, lo que hace evidente su vulnerabilidad y mayor grado de marginación, a pesar que el acceso al agua potable y saneamiento, es un derecho humano.
Debe haber una acción política más exigente. El cambio climático y el cuidado del medioambiente es responsabilidad de todas las personas, empresas y gobiernos. El país atraviesa una crisis ambiental derivado del estrés hídrico y es imperativo contribuir a garantizar el derecho humano al agua para la población con rezagos o carencia de cobertura de agua potable, alcantarillado y saneamiento, priorizando acciones dentro de una planeación hídrica integral que los gobiernos estatales deben desarrollar.
Además, existe mucha tarea legislativa pendiente a nivel federal, ya que es urgente actualizar la Ley de Aguas Nacionales, con una reglamentación clara para el aprovechamiento del agua, con mayor transparencia y rendición de cuentas, en la búsqueda de nuevos esquemas de gobernanza en su gestión.
La respuesta debe ser integral, por lo que los ciudadanos deben participar, valorizar el vital líquido y promover su uso responsable desde el hogar. Por si fuese poco, la morosidad es un problema en el pago del servicio de agua potable. Como ejemplo, les doy este dato, el costo promedio por m3 de agua en el país es de 8 pesos y pagamos 1.20 pesos en Tabasco y se estima, que tan solo en el municipio de Centro, el 11 % de la población paga por el servicio de agua, lo que impacta negativamente las arcas municipales para dar mantenimiento a la red pública de agua potable.
Estoy a favor la construcción de un México sostenible, pero hay que enfatizar que en la visión ecológica de que todos merecemos vivir en un mundo más equilibrado, sano y limpio, participamos todos.