El término urbanismo proviene de la antigua ciudad sumeria de «Ur», en el sur de Mesopotamia (hoy Irak), que se conoce como la cuna de la civilización. El Urbanismo, materia multidisciplinaria que abarca a arquitectos, ingenieros, sociólogos, abogados, economistas, y por supuesto, urbanistas; es definido por el diccionario de la Real Academia Española en 1956, como: «conjunto de conocimientos que se refieren al estudio de la creación, desarrollo, reforma y progreso de los poblados en orden a las necesidades de la vida urbana».
En el continente americano tuvo lugar la primera medida política urbanística de la mano del capitán Hernán Cortés quien, en su desembarco en la ciudad que denomina «Villa de la Vera Cruz» (hoy Puerto de Veracruz) se autonombra capitán general de la Nueva España y al no depender del Rey de España, verifica la instalación del primer Ayuntamiento de la Ciudad de Veracruz.
Seguidamente ordena a sus geógrafos realizar la primer traza urbana de la ciudad, mediante un diseño de forma cuadricular o reticular, entonces dota a cada uno de los integrantes de su tripulación de un lote rectangular con proporción 1 a 2, es decir «un tanto de frente por dos de largo», desde luego expresada en términos de varas (unidad de medida Española que equivale a 0.884 metros de longitud) medida política que se conoce hoy como la primer medida urbanística en América.
En la edad contemporánea con la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, el mundo cambia de signo y la fisonomía de la ciudad se modifica acorde a los nuevos tiempos. Adquiere rasgos industriales y experimenta un gran crecimiento. El prototipo de ciudad es París y la reforma del Varón Haussmann, que propone una ciudad ordenada y cómoda (alcantarillas, iluminación, calles anchas y arboladas, etc).
Hoy, los grandes centros han crecido hasta el punto de haber absorbido los pueblos y ciudades colindantes. Existen megalópolis titánicas, de gran dinamismo, en las que la superficie urbana se extiende por kilómetros y kilómetros. Monstruos como las conurbaciones de Tokio y Yokohama, Liverpool y Manchester, Washington y Boston, y desde luego la Ciudad de México, conurbación que aloja más de 20 millones de habitantes. Lo que nos lleva a preguntarnos cómo serán las ciudades del futuro, ¿existe algún límite a semejante crecimiento?
Las funciones de la ciudad moderna de manera sintética son: 1. Educación y cultura, 2. Salud y asistencia social, 3. Comercio y abasto, 4. Comunicaciones y transportes, 5. Recreación y deporte y 6. Administración pública, cada uno en su rol deberán ser tratados de manera individual pero vinculados íntimamente al proceso de formación de la ciudad.
Estimado lector, nostálgicamente nos preguntamos qué sucedió con aquella inmaculada y ordenada traza cuadricular de la ciudad importada de España, ¿dónde se perdió?, ¿por qué algunas ciudades como Mérida o Puebla, sí conservaron esa pulcritud de trazo urbanístico? Que decir de nuestra ciudad Villahermosa, que en los últimos 25 años, tanto la población como la extensión territorial, ha rebasado con creces a la planeación urbana y a la dotación de los servicios públicos e infraestructura.
Claro, la falta de vías alternas que permitan el desahogo de la masa vehicular es evidente, sería necesaria una cirugía mayor para controlar este fenómeno de expansión que puede revertirnos la tranquilidad, y generar una anarquía urbana incontrolable a mediano plazo.
Cabildos anteriores de nuestra ciudad realizaron de manera «Fast trak» en tiempo record una serie de acciones tendientes a embellecer la ciudad, este tipo de acciones son las que requiere de manera urgente la planeación urbana de nuestra querida Villahermosa, si así lo hicieren los próximos gobernantes, tengan plena seguridad de que la sociedad tabasqueña les tributaría de pie una salva de aplausos.
Arq. Pablo Eduardo Prats Riestra, profesor (t); y la Arq. Karen Priego Morales, coordinadora académica de Arquitectura y Diseño Gráfico